La reducción de la movilidad por la crisis del COVI-19 ha provocado "una mejora sin precedentes de la calidad del aire" en Castilla y León, según la organización Ecologistas en Acción, aunque ha detallado que durante el verano el 90% de la población de la comunidad respiró aire con "niveles insalubres" de ozono troposférico.

En un comunicado, Ecologistas ha lamentado que la Junta de Castilla y León siga sin adoptar medidas eficaces sobre el transporte, la industria y la ganadería intensiva que eviten los episodios y reduzcan los niveles de fondo.

En su último informe sobre la calidad del aire, referido al periodo enero-septiembre y con datos de las 483 estaciones oficiales de medición de ozono repartidas por todo el territorio español, entre ellas 36 situadas en Castilla y León, esta organización ha reconocido que los niveles de ozono "se han reducido de forma importante, interrumpiendo la tendencia estacionaria o al alza de los últimos años, como consecuencia de la drástica disminución de las emisiones de sus contaminantes precursores en la industria y en el transporte, por efecto de la crisis del COVID".

El informe de Ecologistas en Acción toma como referencia el valor recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), mientras que si se toma como guía el valor objetivo establecido por la normativa, más laxo que la recomendación de la OMS, la población que ha respirado aire contaminado por encima del estándar legal es de 273.000 personas, en las zonas Montaña Sur y Valle del Tiétar y Alberche, que agrupan parte de las provincias de Ávila, Salamanca y Segovia.

En estas zonas tres estaciones de medición han incumplido el objetivo legal en el trienio 2018-2020, según la misma organización ecologista.

La mejoría de la situación ha sido en especial relevante en las aglomeraciones de León y Valladolid y en las zonas Duero Norte y Montaña Norte, con una reducción del número de días con mala calidad del aire superior al 50%.