El desconcierto de los ciudadanos sobre los sucesivos cambios normativos para afrontar la crisis del coronavirus se ha instalado también en las residencias de mayores de Castilla y León, en medio de una semana en la que hay toque de queda y se ha cerrado perimetralmente la comunidad, pero las visitas de familiares a los residentes siguen vigentes y amparadas por la ley, hasta que no haya una norma que faculte su prohibición.

En Castilla y León actualmente solo está regulado el cierre a las visitas en caso de que la residencia esté en un municipio afectado por un brote de coronavirus y también en aquellos municipios que habían sido confinados perimetralmente por la Junta, aunque en este caso únicamente por el tiempo de vigencia de las respectivas órdenes que sirvieron para el confinamiento –ya sin efecto–, mientras que el resto de limitaciones irán decayendo en los próximos días.

Sin embargo, con la entrada en vigor del estado de alarma y la aplicación del toque de queda la pasada semana, hubo residencias en la comunidad que vieron alterada su dinámica y entendieron que con el Acuerdo de la Junta de Castilla y León de la pasada semana volvían las suspensiones de las visitas.

Esto llevó a la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades, a través de la Gerencia de Servicios Sociales, a enviar a todas las residencias de la región un correo electrónico aclaratorio en el que remarcaba que los últimos cambios normativos “no suponen de ninguna manera la suspensión de las visitas y salidas de los residentes”. “Están limitadas pero no suspendidas, salvo en los centros residenciales con COVID activo (brote activo) y únicamente durante ese periodo”, resumió el gerente en su escrito, en referencia a que las visitas a las residencias únicamente pueden durar una hora y por parte de una persona que haya dado negativo en coronavirus en una prueba.

Sin embargo, esta comunicación causó un efecto indeseado sobre algunos centros consultados por Efe que llevaban semanas, desde el recrudecimiento de la segunda ola, con las instalaciones cerradas a las visitas, con acuerdos particulares con la mayoría de las familias, en el sentido de que consideraban que era más seguro suspender las visitas y preservar el aislamiento.