Castilla y León ha pasado de tener una tasa de mortalidad media de 9,86 fallecimientos por cada mil habitantes en los nueve primeros meses de los años 2017, 2018 y 2019 a tener una tasa de 11,9 entre enero y septiembre del presente 2020, ya con el impacto de la pandemia del covid-19, lo que representa un incremento del 20 por ciento. En el caso de las residencias de personas mayores, el incremento de la mortalidad entre los mismos periodos comparados es del 38,1 por ciento, al pasar de una tasa media de fallecimientos en los años 2017, 2018 y 2019 de 12,69 muertes por cada cien residentes a la actual de 17,53. Con la referencia de las bajas de tarjetas sanitarias a expensas de que el Registro Civil ofrezca la estadística oficial de referencia, la comunidad acumula ya más de 5.000 fallecimientos vinculados a la pandemia. Por provincias, el impacto de los fallecimientos vinculados al covid ha sido más elevado en términos relativos en Segovia, donde estas muertes representan el 34,9% del total (920 de 1.860 en lo que va de año); seguida de Soria, con el 30% (327 de 1.087); de Ávila, con el 25,5% (437 de 1.712); y de Salamanca, con el 25,2% (920 de 3.651), todas ellas por encima de la media autonómica del 21,7%.

Zamora

Justo por debajo de la media se sitúa Valladolid, con el 21,5% (840 de 3.896); seguida de Burgos, con el 19,7% (580 de 2.945); de León con el 18% (867 de 4.807); de Palencia con el 14,2% (212 de 1.483); y de Zamora, con el 12,6% (234 de 1.844). En términos absolutos, las provincias de Salamanca (920), León (867) y Valladolid (840) son las más afectadas y, sumados (2.627), sus fallecimientos con covid representan el 51,8 por ciento del total de la comunidad (5.067), según la misma estadística. La estadística de la Junta refleja también la mortalidad por tramos de edad y sexo, de modo que los mayores de 80 años suman 3.875 –de ellos 2.140 mujeres y 1.735 hombres–, lo que equivale al 76,4 por ciento de las personas que murieron infectadas de covid-19.

En el caso de las residencias de personas mayores, de cuya tasa de mortalidad basada en las bajas de tarjetas sanitarias también informa la Junta de Castilla y León, el registro acumulado en los nueve primeros meses es de 17,53 fallecimientos por cada cien residentes, lo que supone el 38,1 por ciento más respecto a la media de los años 2017, 2018 y 2019, fijada en 12,69.

La provincia que presenta una tasa más elevada es Segovia, con 26,84 fallecimientos por cada cien residentes; seguida de León (19,86), Valladolid (18,22) y Salamanca (18,08), todas ellas por encima de la media autonómica, mientras que por debajo se situaron Ávila (16,89), Soria (16,87), Burgos (15,87), Zamora (12,71) y Palencia (12,5).

En cuanto a los datos, Castilla y León sumó ayer ocho nuevos fallecimientos en los hospitales de la comunidad por COVID-19, de los cuales tres procedían de residencias de personas mayores. De esta forma, el número de fallecidos en los centros hospitalarios de Castilla y León alcanza los 2.471, según los datos aportados por la Consejería de Sanidad, sin que hubiera que lamentar nuevas víctimas en las instalaciones de las residencias. Además, se registraron 686 nuevos casos positivos, con lo cual el volumen actual de contagios acumulados alcanza los 64.731, de los cuales 58.173 han sido confirmados mediante prueba diagnóstica de infección activa (PDIA), es decir, tanto test PCR como por los nuevos test de antígenos.

De los nuevos casos, 123 se han diagnosticado en las últimas 24 horas (83 menos que el domingo), un periodo en el que los brotes detectados se han reducido en 14, hasta los 408, con 3.369 personas vinculadas.