La mascarilla será obligatoria durante el tiempo que los clientes de un establecimiento esperan la llegada de los alimentos que van a consumir, según una modificación del Plan de Medidas de Prevención y Control frente al COVID, aprobada ayer jueves por el Consejo de Gobierno de Castilla y León.

La exención de su uso será, por tanto, mientras el consumo de los alimentos y bebidas sea efectivo, han informado fuentes de la Junta de Castilla y León que, por otra parte, ha recordado que durante las actividades físicas al aire libre no será obligatorio el empleo de la mascarilla.

Su uso obliga a las personas mayores de seis años, tanto en la vía pública como en espacios al aire libre o cerrados, en este último caso al margen del tipo de actividad que se desarrolle, salvo en los domicilios cuando dentro del mismo se encuentren convivientes habituales.

En relación con los establecimientos de hostelería y restauración, el horario de cierre a la una de la madrugada, sin admitir nuevos clientes desde las cero horas, no será de aplicación a los servicios de entrega a domicilio o de recogida por parte de los clientes, cuando el establecimiento cuente con espacio habilitado para realizar los pedidos desde los vehículos de los clientes.

Estas modificaciones propuestas por la Consejería de Empleo e Industria afectan también a los mercados que desarrollan su actividad en la vía pública, ferias comerciales al aire libre, mercados de ganado y entes feriales, así como a los centros de enseñanza acreditados por el sistema de Formación Profesional para el empleo.

En el caso de la venta ambulante se sustituye la limitación del número de puestos por una de aforos que garantice la distancia de seguridad interpersonal entre los clientes y los puestos de venta.

De forma paralela, con el fin de compensar la reducción de aforos, se faculta a los ayuntamientos para aumentar la superficie del mercado o habilitar nuevos días de celebración.

LA COMUNIDAD SUMA 16 NUEVOS FALLECIDOS Y 775 POSITIVOS POR CORONAVIRUS

La cifra de muertos por COVID-19 se mantiene desde el martes disparada en Castilla y León, tras contabilizar ayer jueves 16 nuevos fallecimientos en los hospitales públicos (uno más que el día anterior y otros tres en las residencias), cifras similares al pico sufrido entre finales de abril y principios de mayo. De los 16 muertos registrados en los hospitales en la última jornada, dos eran ancianos que vivían en residencias, que suman ya 2.760 fallecidos con coronavirus confirmado o con síntomas compatibles, informa Ical.

A ello se une que los nuevos casos registrados volvieron a incrementarse respecto a la cifra de ayer, con 775 positivos (79 más que el día anterior), con lo que el número actual de contagios acumulados alcanza los 60.973. De esa cifra, 54.481 han sido confirmados por PCR.

Mientras, la Junta ha informado de que pone en cuarentena seis nuevas aulas en centros educativos de la comunidad por detectarse casos positivos de COVID-19. La medida afecta a un grupo en Burgos, dos aulas en Salamanca, una en Soria y dos en Valladolid.

Ante esta situación, la Junta declaró de emergencia la contratación de distintos servicios y suministros con destino a la Gerencia Regional de Salud (GRS), por 33,61 millones de euros. Asimismo, invertirá 8,41 millones para la contratación de distintos suministros.