Parte de la herencia de un abogado burgalés, José Blanco Ojeda, se repartió ayer entre los "pobres de Burgos", 40 años después de su muerte en 1979. El Juzgado Decano de Burgos acogió la denominada junta de calificación y distribución de la herencia, una figura "excepcional" pero recogida en el Código Civil, según subrayó la jueza decana, Blanca Subiñas.

José Blanco Ojeda, viudo y sin hijos, falleció sin descendencia el 28 de septiembre de 1979, a los 82 años de edad, y dejó todos sus bienes a los más desfavorecidos de Burgos. Tres cuartas partes fueron a parar, según su voluntad, al Arzobispado, a las Hermanitas de los Pobres y a obras en sufragio de su alma, según relató Subiñas. Sin embargo, faltaba una cuarta parte de su herencia que decidió dejar a los "pobres de Burgos". Este devoto burgalés, feligrés de la parroquia de San Gil Abad, se lo hizo saber a su albacea quien organizó una junta calificadora que se encargaría de vender su patrimonio y hacer efectiva su última voluntad. En concreto, eran dos pisos en la plaza Huerto del Rey, en la capital burgalesa, que se han vendido por 95.000 euros.