El presidente del Consejo Económico y Social (CES) de Castilla y León, Enrique Cabero, defendió hoy que la institución propia que dirigirá durante los próxima cuatro años constituye un “órgano de vital importancia para nuestro modelo de Estado y autonómico”.

“Este órgano se ha convertido en un referente”, dijo durante la toma de posesión de su cargo en la sede de las Cortes autonómicas.

Cabero definió el Diálogo Social en Castilla y León como un “tesoro” y recalcó que la institución propia que preside es un órgano donde se practica de forma “permanente” y una “figura sustancial en la configuración del estado democrático”.

Asimismo, destacó que Castilla y León es una “gran comunidad que tiene muchas potencialidades” y la institución propia que dirige “debe contribuir a que se desarrollen como la ciudadanía quiere”.

El salmantino recordó que Castilla y León fue la primera autonomía en constituir un CES autonómico entre las que asumieron competencias en sus estatutos en este campo.

En este sentido, ensalzó la importancia de este órgano y rememoró cómo el Estatuto de Autonomía de Castilla y León “quiso que estuviera reflejado al más alto nivel”, introduciéndolo en una primera reforma en el 90 y luego vinculándolo en 2013 a las Cortes.

“Castilla y León incorporó inteligentemente el CES al Estatuto para blindarlo y promocionarlo”, dijo, para rechazar cualquier intento de acabar con esta institución propio como ha ocurrido en otros territorios de España.

El nuevo responsable social explicó que el CES nace en su esencia de la Constitución de 1978, donde ya se prevé y luego su modelo se traslada a lo autonómico.

“Su función en un modelo social y democrático como el nuestro posibilita que sujetos de gran importancia constitucional mantengan un diálogo permanente y lancen propuestas y asesoren a los órganos de las autonomías”, dijo.

En este sentido, precisó que contempla la participación de sindicatos, organizaciones empresariales y profesionales y de consumidores y usuarios, reconocidas en la Carta Magna.

Cabero reseñó que Castilla y León es una autonomía “muy relevante” en España, donde surge el parlamentarismo y la universidad, y remarcó sus potencialidades con un sector primario “importantísimo” que debe “seguir aprovechándose” como una oportunidad; y un “contenido industrial relevante, que debe crecer, modernizarse y actualizarse”.

Asimismo, se refirió al castellano como “otro de los grandes tesoros de Castilla y León” que junto con su cultura, patrimonio histórico y generación de conocimiento y cultura “hacen de la Comunidad un lugar idóneo donde poder crecer en empleo, bienestar y derechos”.