Las cineastas búlgaras Mina Mileva y Vesela Kazakova presentaron hoy en la 64ª Semana Internacional de Cine de Valladolid "Un gato en la pared", su primer largometraje de ficción tras firmar conjuntamente tres documentales.

La raíz social, un estilo naturalista y directo y la convivencia ante la cámara de actores profesionales y no profesionales marcan una película que, a partir de una anécdota como la aparición de un gato sin dueño en un bloque de viviendas municipales del sur de Londres, analiza cuestiones tan peliagudas como el proceso de gentrificación que amenaza las grandes urbes europeas o los devastadores daños colaterales que está dejando el "brexit" en Reino Unido.

Abandono, estigmatización, regeneración y mercantilización son las cuatro fases de la gentrificación, un proceso de transformación de un espacio urbano en declive que provoca un aumento de los alquileres o del coste habitacional, y que expulsa a los habitantes tradicionales de esos barrios.

Tras más de 20 años viviendo en Reino Unido, donde llegó huyendo de la irrupción del capitalismo postcomunista que invadió Bulgaria tras la caída del Muro, Mina Mileva se inspiró en acontecimientos que sufrió en sus propias carnes para escribir el guion del filme. “durante veinte años viví en Londres y esta misma historia la viví con mi hijo y decidimos convertirla en una comedia sociopolítica”, señaló la realizadora.

Irina, la protagonista, es una arquitecta búlgara que trabaja como camarera a la espera de su gran oportunidad profesional en Londres.

Es madre soltera y vive junto a su hijo y su hermano, un historiador condenado a no poder ejercer su oficio, en un bloque de viviendas sociales que van a ser rehabilitadas por el Ayuntamiento, previo pago de 26.000 libras por cada uno de los propietarios.