El número de personas en exclusión social en Castilla y León se aproxima a las 368.000, el 15,3 por ciento de la población y una de cada siete personas, mientras 214.000 de ellas experimentan esta situación de forma "severa", lo que supone un "incremento importante" en los últimos cinco años, todo ello con la dimensión de la salud como la "más determinante" en este ámbito y condicionado por el envejecimiento y la despoblación.

Así lo indican los datos del VIII Informe Foessa sobre Exclusión y Desarrollo Social en Castilla y León, que se presentó ayer en un acto en el que han intervenido el coordinador del estudio, Guillermo Fernández Maíllo; el presidente regional de Cáritas, Antonio Jesús Martín de Lera, y el obispo auxiliar de Valladolid y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello.

"Castilla y León experimenta una tendencia dicotómica en la que conviven una mejora mínima de los niveles de integración social y los índices económicos con un importante incremento de la exclusión social más severa", ha aseverado Fernández de acuerdo a los resultados del estudio, que también ponen de manifiesto un "alto riesgo de cronificación" de la exclusión y una "cierta polarización".

Los datos indican así que la exclusión social se ha "enquistado" en la estructura social de la comunidad, al igual que en el conjunto de España, pues alrededor de 368.000 personas, un 15,3 por ciento de la población --21,6 en el conjunto de España--, pertenecen al grupo de la "sociedad estancada", para quienes el "ascensor de la movilidad social no funciona", como ha lamentado el coordinador del informe.

Dentro de este grupo, cerca de 214.000 personas -hace cinco años eran 129.000- se enfrentan a una exclusión social "severa", pues sobre ellos se "ceba" la precariedad, la desigualdad o el desempleo persistente, entre otros problemas.

El informe también recoge que de estas personas casi 99.000 se encuentran ya en la "sociedad expulsada", quienes "están preocupados por sobrevivir día a día, un aspecto que se ha triplicado en los últimos cinco años". Asimismo, se contempla un crecimiento de un 4,6 por ciento de la población en situación de "pobreza severa".

Salud

El informe sitúa a Castilla y León como la segunda región con mayor desigualdad "multidimentasional", solo superada por Cantabria, pues se observa que la población en situación de exclusión está "muy alejada" del resto, lo que abunda en el problema de la polarización.

Así, la vivienda es el primer generador de dificultades en la sociedad, pues el 20,2 por ciento de la población se ve afectada, cerca de 143.000 personas alegan que residen en una vivienda insegura -sin contrato o en riesgo de desahucio-- y 164.000 en una inadecuada -sin condiciones de habitabilidad-.

Por otro lado, la precariedad laboral se ha "convertido en una forma de vida". El informe señala que el 13 por ciento de personas que trabajan en la comunidad están en exclusión social, la cual afecta en mayor medida a los empleados de jornada completa y obliga a uno de cada cuatro personas a combinar los ingresos de su empleo con los de protección social.

Por otra parte, la dimensión de la salud es el factor "más determinante" en relación a esta situación, pues la exclusión se encuentra más "amparada" por ella en esta comunidad a diferencia del resto del país. "

El 58 por ciento de la población experimenta la situación de exclusión afectada por este factor, en el que se unen como aspecto "determinante" los rasgos de una mayor edad media del conjunto de la población y la edad avanzada de personas de determinadas carencias en el ámbito de la salud.