La Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL) exigió ayer la "flexibilización y la unificación" de las campañas de saneamiento ganadero al demostrar que las técnicas empleadas durante los Programas de Erradicación de Tuberculosis bovina "no son del todo adecuadas". En el año 2017, en Castilla y León se sacrificaron un total de 2.834 animales, de los cuales, tan solo 1.022 obtuvieron resultados positivos a la tuberculosis bovina, por lo que en el 64 % de los animales sacrificados "no pudo demostrarse que padecían la tuberculosis bovina, y por tanto, fueron falsos positivos a la prueba de la tuberculina en piel", aseguraron.

En este sentido, desde la opa exigieron la incorporación a los programas sanitarios de "un protocolo que incluya una prueba de contraste que ayude a reforzar las garantías para el ganadero", quienes añadieron "la eliminación de la obligatoriedad de la prueba de detección de gamma-interferón al no ser una prueba obligatoria a nivel comunitario".