Más de la mitad de los presos que cumplen pena en las cárceles de Castilla y León son reincidentes: 1.763 de un total de 3.336. Los datos facilitados por la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias del Ministerio del Interior ponen de manifiesto que este porcentaje es superior al 57,5 por ciento en la prisión de Topas (Salamanca). Con 373 "caras conocidas", de un total de 648 reclusos, el penal salmantino se convertirá en el nuevo hogar de Alfonso Jesús Cabezuelo, el exmilitar de La Manada de Pamplona. En la cárcel de Villahierro, en Mansilla de las Mulas (León), la sombra de la reincidencia persigue al 54,5 por ciento de los internos: 419 de 768. Algunos son tan conocidos como David Oubel, el parricida de Moraña (Pontevedra), el primer sentenciado a prisión permanente revisable tras asesinar a sus hijas con una radial.

En el penal de Dueñas (Palencia), oficialmente Centro Penitenciario La Moraleja, donde recientemente ha sido trasladado el joven condenado por el asesinato en noviembre de 2015 de un tendero de origen chino en La Inmobiliaria (Torrelavega) por diversos altercados en El Dueso (Cantabria), conviven 709 presos, 358 de ellos con más de una condena en su historial delictivo.