El uso de veneno continúa siendo el principal enemigo de las rapaces amenazadas que anidan en Castilla y León. A pesar de ser una práctica prohibida desde 1982, de constituir un delito tipificado en el Código Penal con hasta dos años de cárcel y de figurar como infracción muy grave en la Ley de Caza de Castilla y León, con sanciones económicas de hasta los 60.000 euros e inhabilitación para el desarrollo de actividades cinegéticas de hasta cinco años, su uso sigue siendo una constante en la comunidad. Solo en los últimos doce meses, según datos de la Consejería de Fomento, han aparecido en la región más de 70 aves muertas por envenenamiento, de las que casi la mitad son milanos -20 reales y 12 negros-. Dentro de las rapaces, también se encontraron siete aguiluchos laguneros muertos, un águila real, un busardo ratonero y un alimoche. La lista de animales envenenados se completa con quince buitres leonados, cuatro cigüeñas blancas, tres cuervos, dos zorros y un corzo. El comandante de la Oficina de Comunicaciones de la Guardia Civil en Castilla y León, Juan Carlos Espinosa, explicó a Ical, que desde el año 2015, han puesto a disposición judicial a 13 personas por uso de cebos envenenados.