El popular Alfonso Fernández Mañueco está a las puertas de ser el séptimo presidente de Castilla y León, comunidad que inició su andadura autonómica con la elección el 23 de mayo de 1983 de su primer titular de la Junta, el socialista zamorano Demetrio Madrid, al que luego sucedieron José Constantino Nalda, José María Aznar, Jesús Posada, Juan José Lucas y Juan Vicente Herrera.

No le hará falta como su antecesor en la anterior legislatura, Juan Vicente Herrera, de su mismo partido, recurrir a la segunda vuelta ya que tiene garantizada la mayoría absoluta en la primera votación, que se prevé en torno a las nueve o nueve y media de la noche de mañana martes, al contar con un pacto de gobierno con Cs.

Más de 36 años han transcurrido desde que aquel 23 de mayo Demetrio Madrid fuera investido como el primer presidente de la recién estrenada autonomía, con una tarea espinosa por delante para la que contaba con un presupuesto de 3.224 millones de las antiguas pesetas, 19.376.630 de los nuevos euros.

"Apenas sin contaba con mobiliario y una plantilla de ocho funcionarios en la Presidencia", y se enfrentaba a "problemas estructurales acuciantes como la despoblación, la debilidad del sector industrial, el abandono progresivo del campo, el aumento del paro", recoge el historiador Enrique Berzal en su artículo "Castilla y León se estrenó roja: auge y declive del PSOE entre 1983 y 1987". Han pasado 36 años, los cuatro primeros de gobiernos socialista y los 32 siguientes del PP, y esos problemas referidos por el historiador se mantienen en la comunidad, una de las que más población pierde cada año, con un abandono progresivo del campo, un paro que todavía no ha vuelto a sus niveles de antes de la crisis y un sector industrial con deslocalizaciones importantes.

Con la investidura mañana de Mañueco, que no contará con el apoyo del grupo mayoritario en la Cámara, el PSOE que tiente 35 procuradores, ni con los dos de Podemos y el de UPL, Castilla y León se encamina a su segundo gobierno de coalición en la historia de la autonomía.