La Guardia Civil de Valladolid ha detenido a un hombre de 30 años e investiga a otros dos tras desmantelar una plantación de marihuana de alto rendimiento gestionada a través del procedimiento "indoor" en una nave industrial en la localidad de Mucientes (Valladolid), que había sido utilizada por los investigados y que había sido alquilada como supuesto almacén, donde se encontraron 1.300 plantas de marihuana en fase final de maduración, según informaron fuentes de la Benemérita.

Esta plantación permitiría obtener hasta cuatro o cinco cosechas al año con un contenido en principio activo (THC) muy superior al obtenido con técnicas de cultivo tradicional, que obtiene generalmente una sola cosecha.

La Guardia Civil comprobó las fuertes medidas de seguridad que tomaban los componentes del grupo en esta nave, donde estaban tabicadas todas las ventanas además de monitorizada la nave con una cámara de vigilancia de infrarrojos, colocada a una altura de unos cuatro metros en la puerta principal, que estaba conectada a través de internet, lo que les permitía controlar desde un móvil en cualquier lugar y momento, la actividad exterior de la nave.

Además de las plantas, se incautaron útiles de pesaje, envoltorios y todo lo necesario para este tipo de cultivos, como aparatos climatizadores, focos con bombillas de gran consumo, humificadores, ventiladores, bombas de agua e incluso utilizaban un generador de ozono para neutralizar e eliminar los olores.

En esta propiedad tenían enganchado de forma ilícita el suministro eléctrico a una torreta y en su interior había varios generadores industriales de electricidad. Con ello pretendían camuflar el elevado consumo eléctrico que conlleva este tipo de instalaciones, para mantener activos todos los aparatos eléctricos y sacar adelante las cosechas, evitando el alto coste que lleva aparejado y levantar sospechas. Este fraude de fluido eléctrico se calcula que asciende a 18.000 euros.

La nave industrial se dividía en dos zonas, una se utilizaba para el cultivo intensivo y crecimiento de las plantas y la otra para el secado de la marihuana. Poseía una potente instalación eléctrica capaz de sostener aparatos climatizadores, generadores, bombillas de gran consumo, humificadores, ventiladores en el suelo, en techos y en paredes, generando así las condiciones artificiales de calor y humedad optimas para favorecer el crecimiento de las plantas.

La Guardia Civil realizó numerosas vigilancias discretas de la zona, y determinó que se trataba de un grupo criminal con una definida estructura jerárquica, gran movilidad y roles muy bien definidos. Así realizaban diferentes trabajos como conseguir y montar la nave, cultivo y mantenimiento de la plantación y posterior venta y distribución.