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Los candidatos socialista y naranja a la Presidencia de la Junta, Luis Tudanca y Francisco Igea, dejaron ayer en el aire posibles pactos después de las elecciones del 26 de mayo, pese a que Alfonso Fernández Mañueco (PP) y Pablo Fernández (Podemos) se unieron para exigir a ambos que se definieran.

No obstante, el líder de Ciudadanos explicitó sus condiciones para decantarse por uno u otro: eliminar los aforamientos y acabar con los "chiringuitos" políticos, para los populares; bajar los impuestos y no ceder un acuerdo de financiación autonómica acordado con los nacionalistas, para los socialistas.

Tudanca defendió que exista un orden, primero que los ciudadanos voten, para lo que llamó a la movilización, y después, en caso de que no se produzca una mayoría, llegarían los acuerdos. Igea se presentó como el único que garantiza un "cambio real" y puso líneas rojas tanto a los socialistas como a los populares.

Por su parte, Fernández Mañueco ofreció un Gobierno tolerante y de sentido común que "huya de la radicalidad e incompetencia" del PSOE y Pablo Fernández sostuvo que solo Podemos garantiza un cambio social porque el PSOE gira a la izquierda en la oposición y a la derecha cuando gobierna.

El bloque de pactos fue el más dinámico y animado del debate entre los cuatro aspirantes a la Junta. Igea marcó distancia: tolerancia cero con la corrupción, bajada de impuestos, igualdad, financiación autonómica que no perjudique a Castilla y León y acabar con los aforamientos fueron sus líneas rojas para PSOE y PP.

"Diga no voy a pactar con el PSOE. ¡Dígalo aquí y ahora!", exigió Fernández Mañueco a Igea, a esa pregunta se sumó Pablo Fernández, "epatado", en coincidir con el popular. "Va a pactar con Ciudadanos", se dirigió a Tudanca, para quien ese cruce de preguntas supone que todos ellos dan por hecho que los socialistas ganarán y accederán a la Junta de Castilla y León.

Fernández Mañueco siguió con su pregunta: "No se esconda, diga que no va a pactar con el PSOE". Igea replicó que no es el "salvavidas" ni del PP ni del PSOE, que su pacto no es ni con uno ni con otro, sino con los ciudadanos, y se presentó, después de decir que salen a ganar, como la tercera opción.

"No hay solo dos opciones, no se dejen engañar. No se resignen, más más opciones", afirmó mirando a la cámara.

En ese cruce de preguntas, Igea insistió en que solo Ciudadanos es el cambio y en que PP y PSOE no van a cambiar nada y se refirió a como sus líneas rojas no recibieron respuesta, pero Fernández Mañueco le pidió que "no distraiga a la gente" con sus preguntas temáticas a uno y otros y diciendo que no se dejarán engañar al existir también la opción del partido naranja. Pablo Fernández se sumó en la exigencia al PSOE de sí pactará con Ciudadanos, afirmó que no sería un "cambio sino un recambio" y recordó a Tudanca que han llamado a este partido "derecha y bastón del Partido Popular" en las Cortes.

"¿Se plantea pactar con Ciudadanos, diga si o no?", requirió. Tudanca le pidió que no se confunda de rival y que no sea un "obstáculo para el cambio", para indicarle que José Sarrión (IU) ha dicho que respalda el cambio. "Su enemigo no es el PSOE", apostilló.

Al final, Fernández Mañueco concluyó en que Ciudadanos entregará las "llaves de la Junta" al PSOE e Igea respondió que son la única opción de cambio real, así como que PP yPSOE pactaron "espaldas" del resto de grupos en la comisión de investigación de las cajas.

El candidato naranja bromeó con que son "la novia" y todos les quieren y el popular zanjó con que el tiene autonomía para decidir y con su convencimiento de que un gobierno socialista supondrá "más paro, más impuestos y cierre de pueblos", aunque esto último se lo atribuye al partido naranja.

Finalmente, Fernández Mañueco sacó el titular de un periódico para manifestar que hasta el propio Rodríguez Zapatero ha señalado que un Gobierno de Tudanca será una "hecatombe", si bien el expresidente lo que dijo es que será una "catarsis" para la derecha en Castilla y León.

En el segundo debate, a cinco días de las elecciones, los candidatos presentaron sus propuestas sobre sanidad, educación, servicios sociales y dependencia, infraestructuras y pactos poselectorales, si bien fue la parte de los posibles acuerdos después del 26 de mayo la parte más dinámica y viva del cara a cara entre los cuatro aspirantes a la Junta de Castilla y León.