La delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, ha defendido hoy que la disminución de velocidad que entrará en vigor mañana en las carreteras secundarias, de 100 a 90 km/h, tiene como principal objetivo reducir la mortalidad en este tipo de vías.

En declaraciones a los periodistas, durante el cambio simbólico de la última de estas señales de 100 km/h en la provincia de Valladolid, Barcones ha recordado que en Castilla y León el 68 por ciento de los accidentes con víctimas mortales tuvieron lugar en carreteras secundarias, 85 de 125 en el pasado 2018.

En este sentido, Barcones ha sostenido que "la única motivación" que tiene esta reducción de la velocidad es "salvar vidas" con una medida que homologa a España con lo que ocurre en este ámbito en la mayoría de los países de la Unión Europea.

Para la delegada del Gobierno, la velocidad tiene una incidencia directa en los accidentes mortales, ya que interviene en el 39 por ciento de las salidas de vía de la calzada y en el 32 por ciento de los choques frontales.

Barcones ha destacado que la distancia de seguridad, la que recorre el vehículo desde que frena hasta que se detiene por completo, tiene también una vinculación directa con la velocidad, con un margen de 14 metros más si se circula a 90 en lugar de a 100 kilómetros por hora.

En este último mes en Castilla y León se han cambiado unas 900 señales de tráfico, 800 pertenecientes a la Red de Carreteras del Estado y otras 100 de la Junta, según los datos aportados por Barcones, quien ha calculado que estas vías de comunicación suman unos 3.300 kilómetros regulados por esta nueva norma de velocidad.

Preguntada por la posibilidad de que este cambio de norma venga acompañado de una vigilancia expresa, Barcones ha dicho que la estrategia pasa en primer lugar por desplegar este cambio de velocidad y "lógicamente" irá acompañado posteriormente del "debido control para que se lleve a efecto por los conductores".