El presidente del PP de Castilla y León y alcalde de Salamanca, Alfonso Fernández Mañueco, aprovechó la celebración del Pleno municipal de ayer para oficializar su marcha "voluntaria" como alcalde y como concejal de Salamanca, algo que hará "con humildad y con orgullo". Una decisión que se hará efectiva el 12 de diciembre, una vez cumpla con sus compromisos de agenda institucional ya adquiridos. Durante su intervención, aseguró que lo hace para seguir "un camino de vocación pública", además de para "seguir al servicio de los salmantinos", optando a la Presidencia de la Junta de Castilla y León.

El todavía primer edil de Salamanca indicó que "dejar la Alcaldía es una decisión difícil pero reflexionada" y que tomó "pensando en los salmantinos". Mañueco comentó que asumió su cargo en 2011 "con ilusión, convicción y sentido del deber", pero reconoció sentir "algo de vértigo al saber que sus decisiones debían estar a la altura de una ciudad histórica". Por ello, recordó las palabras que empleó en su discurso de investidura de hace siete años, cuando declaró que "no hay mayor honor para un salmantino que ser elegido alcalde". Visiblemente emocionado, Mañueco tuvo un recuerdo para su familia, para su mujer y para sus dos hijas. "Ellas compartieron mis decisiones y pagaron el tiempo que me faltaba", dijo. Finalmente, el candidato del Partido Popular a la Junta concluyó su intervención asegurando que se quedó "sin aliento" por Salamanca y que lo dará "todo" por su Comunidad autónoma.