El consejero de Sanidad, Antonio María Sáez Aguado, aseguró que trabajan para que los profesionales y los enfermos compartan cada vez más las decisiones que se adoptan sobre la atención, los tratamientos y las pruebas diagnósticas. Así, consideró que se busca potenciar la implicación de los pacientes, por su conocimiento sobre su patología, por lo que consideró que los servicios sanitarios deben ser "más repetuosos" con ese papel.

Sáez Aguado, que participó en el acto inaugural de las terceras Jornadas de experiencias en las Asociaciones de Pacientes y Familiares, destacó que Castilla y León cuenta con 207 asociaciones de pacientes, que destacó forman parten del Aula de Pacientes, un espacio abierto en el Portal de Salud, donde ofrecen distinta información, al margen de la que ofrece en general la web de Sanidad.

De esta forma, el consejero señaló que esta cita permite examinar las mejoras prácticas que hemos identificado, tras lanzar una convocatoria a la que se presentaron 31 proyectos, de los que se eligieron diez vinculados con el alzheimer, la esclerosis múltiple o la enfermedad mental. Este programa, señaló, se inserta en la línea "estratégica" de Sanidad para "reconocer y promover" un nuevo papel de los usuarios en el desarrollo de la atención sanitaria.

Sáez Aguado sostuvo que se ha abandonado la idea paternalista de los sanitarios porque hoy los pacientes reclaman a su juicio un nuevo papel. Destacó que las personas están más informadas y añadiío que su departamento quiere potenciar su implicación para lograr pacientes "más activos" y "más conocedores" de sus patologías. Para ello, señaló que es necesario que los servicios de salud sean "más respetuosos" con esa posición nueva en la que la atención, los tratamientos y las pruebas deberán ser cada vez más compartidas.

Igualmente, en línea con la medicina personalizada, basada en tratamientos para cada paciente, señaló que se debe también tener en cuenta la opinión del enfermo sobre sus tratamientos y su calidad de vida. A su juicio, ya no basta con tener en cuenta indicadores clásicos como la morbilidad o la mortalidad.