El centro, de titularidad compartida entre la Universidad de Salamanca y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), es el primero de la comunidad en recibir el certificado como Centro de Investigación de Excelencia de Castilla y León.

"La acreditación, que va acompañada de una partida económica, nos pone en situación para empezar a competir con otros centros nacionales e internacionales" señaló ayer el director del Centro de Investigación del Cáncer, Eugenio Santos, quien precisó que los casi 7 millones anuales con los que cuenta la institución van destinados en su gran mayoría a "gastos de funcionamiento". Santos reconoció que estos 2,1 millones permitirán al centro mejorar en aspectos de calidad, de internacionalización y de incorporación de jóvenes, algo que no ha sido posible, al contar con un presupuesto más ajustado años atrás.

En la misma línea, la vicerrectora de Investigación y Transferencia de la Universidad de Salamanca (USAL), Susana Pérez, indicó que "los últimos años se han caracterizado por un déficit de financiación" y explicó que en ocasiones no es tanto la necesidad en la mejora de las infraestructuras, como la producida por el "bajón a nivel de personal", ya que "muchos lo han tenido que dejar o se han tenido que ir a otros países".

Pérez apostó por la incorporación de personal de calidad que sea competitivo a nivel europeo y que permita al CIC acercarse al nivel de los grandes centros de investigación mundiales. Unos centros que según recordó el profesor e investigador del CIC, Xosé Bustelo, cuentan con presupuestos más estables y muy superiores de entre 22 y 13 millones de euros al año.

"Nos hemos comprometido a un aumento de publicaciones, a la contratación de más personal y a que los grupos de investigación sean evaluados", precisó Bustelo, que comentó que "Castilla y León tiene un déficit bastante grandes en centros singulares", un aspecto en el que "Salamanca está bien posicionada". Precisamente, dentro de la primera convocatoria de "Escalera de Excelencia" de la Junta, el Instituto de Biología Funcional y Genómica (IBGM) también resultó certificado y recibirá ayuda pública, en esta ocasión dentro de la categoría de Unidades de Excelencia, donde también fue reconocido el Instituto Universitario de Investigación en Procesos Sostenibles (IPS) de la Universidad de Valladolid.