En el Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca trabajan algo más de 200 personas repartidas en una veintena de grupos de trabajo dirigidos por investigadores, según explicaron en rueda de prensa, en la que también estuvo presente el rector de la USAL, Ricardo Rivero. Otra de las puertas que se abren para el Centro a partir de ahora es la posibilidad de optar a otros programas como el Severo Ochoa, en los que finalmente no optaban para recibir ayudas al contar con deficiencias en el ámbito de la internacionalización. El investigador Xosé Bustelo consideró como "muy acertado" el criterio de la Junta de destinar las partidas económicas de estas convocatorias a centros y programas consolidados, frente a una decisión de otorgar las subvenciones de manera repartida.