"¿Quién soy yo para proponer al comerciante que haga nada? Yo no soy nadie". Con estas palabras, la consejera de Economía y Hacienda, Pilar del Olmo, matizó ayer que la idea de cobrar a los clientes de los comercios de proximidad para probarse ropa "se trataba solo de un ejemplo, no de una propuesta que se realizara a ninguna asociación de comerciantes".

Sin embargo, se mostró satisfecha con que sus declaraciones "sirvieran para generar un debate necesario" dentro del sector del comercio de proximidad, para que "dentro de unos años el paisaje urbano no cambie y se sigan manteniendo las tiendas y escaparates". Pilar del Olmo insistió en que "el comercio de proximidad pierde efectivos y afiliados", por lo que debe "adaptarse a los nuevos tiempos con medidas revolucionarias".

El portavoz de Economía del Grupo Socialista en las Cortes, Pedro González, ironizó ayer con la "brillante idea" de del Olmo, al sugerir un "impuesto de probadores" para innovar y que perviva el comercio tradicional. González recalcó que "con esa brillante idea", de quien se define como "liberal", lo único que se hace es gravar al consumidor y poner "la puntilla" al comercio tradicional.

Podemos ve "suficientemente grave" la situación el comercio en la Comunidad como para que desde la Junta se hagan este tipo de propuestas.