La Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León confirmó ayer a través de su delegado territorial en Ávila, José Francisco Hernández Herrero, "el fallecimiento de un varón de 74 años de edad a causa del virus Crimea Congo" del que se contagió tras la picadura de una garrapata. La muerte le sobrevino en el Complejo Asistencial de Ávila en la madrugada del 8 de agosto después de varios días hospitalizado aquí si bien es cierto que el contagio se produjo el 24 de julio mientras esta persona participaba en una actividad cinegética en la localidad pacense de Helechosa de los Montes.

El hecho de que fuera picado por una garrapata llevó a la sospecha de que pudiera tratarse de una infección transmitida por este parásito. La infección le ocasionó fiebre elevada y un cuadro clínico que finalmente, y a pesar de los esfuerzos del personal sanitario, condujo al deceso. Desde la Junta confirman que tan pronto como se estableció la sospecha se pusieron en marcha los protocolos de actuación y coordinación entre las autoridades sanitarias del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social y las comunidades autónomas de Castilla y León y Extremadura (las dos afectadas en este caso). En este tipo de casos el protocolo está consensuado en la Comisión de Salud Pública del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud.

En ese sentido y, tal como está previsto, se remitieron muestras de sangre del paciente al Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud "Carlos III", que confirmó precisamente que se trata de una infección por el virus de Crimea-Congo. Tras expresar las condolencias con la familia del fallecido el delegado de la Junta en Ávila acompañado por la jefa de Servicio de Epidemiología del Complejo Asistencial de Ávila, Sonia Tamames, informaron de que se está trabajando en la elaboración de un censo para identificar a los posibles contactos del fallecido ante la posibilidad del contagio de la enfermedad.

Un contagio que tal y como detalló Tamames se produce por entrar en contacto con la sangre y los fluidos de la persona que tiene el virus. Algo similar, manifestaba Tamames, a la transmisión de la Hepatitis B. El contagio no es fácil, no es cuestión de compartir un vaso de agua en el ámbito del hogar, sino por ejemplo de compartir un cepillo de dientes.

Ahora bien toda vez que tengan el censo se dividirán por alto o bajo riesgo. En el caso de aquellos que tengan riesgo alto se les pedirá que se tomen la temperatura dos veces al día y anoten si se producen cambios en su estado de salud para comunicarlo al epidemiólogo de referencia, además se les citará periódicamente.

Cabe destacar que el periodo de incubación de la enfermedad es de dos semanas por eso el censo aún no está cerrado pues el paciente fallecido se contagió el 24 de julio y falleció el día 8 así que al menos se pospondrá otras dos semanas más la elaboración del mismo, pues el día 8 también hubo personas en contacto con él.

Tamames señalaba que ese censo podría estar formado por alrededor de un centenar de personas de los que "dos terceras partes pertenecerían al ámbito sanitario", y se correspondería con aquellas personas que trataron al fallecido mientras estuvo en el hospital.