El consejero de Sanidad de la Junta, Antonio María Sáez Aguado, avanzó ayer que la previsiones son cerrar, "ajustar", alrededor de 300 camas en los hospitales de Castilla y León durante los meses de verano en los que se sigue prestando "el mismo servicio" pero "gestionando" las plazas hospitalarias "de una manera distinta". Recordó que hay unidades, como Pediatría, en los que la ocupación desciende al 50 por ciento y los gestores de Asistencia Sanitaria van viendo la planificación "día a día".

Sáez Aguado remarcó que durante la época estival son menores las necesidades de hospitalización y es necesario "gestionar esa demanda" que cambia respeto al invierno, que es del cien por cien de las camas. El consejero de Sanidad recordó que se trata de recursos públicos y que "no tendría sentido" que sabiendo, porque ocurre todos los años, que "va a estar ocupado el 60 por ciento, tener operativo el 100 por 100" y hay que ajustarse a las necesidades.

Sáez Aguado insistió en ningún paciente va dejar de ser hospitalizado y que ninguna intervención quirúrgica va a dejar de hacerse "por falta de camas". El consejero recordó que las cifras son aproximadas porque los hospitales realizan esta planificación en la gestión del día del día, teniendo en cuenta el análisis de los ingresos que se han registrado y el número de camas ocupadas y, "en función de eso toma toma decisiones. No se planifica el cierre de camas", sino que se hace una gestión distinta prestando el mismo servicio.

La ocupación en los hospitales de Castilla y León, en verano, ronda el 60 por ciento, pero también, remarcó el consejero de Sanidad, varía por centro y dentro de ellos por unidades. Por ejemplo, Sáez Aguado expuso que las unidades de Pediatría ocupan el 50 por ciento de las camas. "Si una unidad tiene 30 camas y sólo hay 14 pacientes no se puede tener dimensionada como si estuvieran ocupadas todas las camas", remarcó el consejero. Cada día se va comprobando lo que se produce con "una ocupación previsible".