El colectivo de personas sordas y sordociegas denuncia sentirse olvidado por la sociedad y reclama a las administraciones un mayor esfuerzo para mejorar la accesibilidad de los espacios públicos. También demanda más apoyo económico debido a la carga que supone este tipo de discapacidad, tanto por la necesidad de mediadores como por el elevado coste de los implantes y audífonos.

Por ello, la Fundación Alimerka, según explica su director, Antonio Blanco, impulsa el programa "Nuestros vecinos invisibles" para dar visibilidad a colectivos que se han quedado fuera del foco mediático. Además de las personas con dificultades auditivas o visuales, también apoyan a colectivos de personas con inteligencia límite o enfermos de alzheimer del medio rural.