La riqueza de la gastronomía navideña de Castilla y León tiene uno de sus bastiones más firmes en la repostería, que adquiere su máximo exponente con la monacal propia de estas fechas. Harinas de la tierra, almendras, yemas de huevo o lácteos de la comunidad componen las ancianas recetas que se guardan en los cajones de los obradores de los conventos y que durante estos días están tentando a los castellanos y leones en el vestíbulo de su Parlamento autonómico, donde una treintena de monasterios y conventos se dan cita para acercar a los visitantes la mejor selección de sus productos de cara a estas fiestas.

Y es que, el olor de esta repostería artesana, que inunda la sede de las Cortes durante el fin de semana, está invitando a los visitantes y amantes del dulce a pecar y caer en esta tentación en la que los turrones, mazapanes y chocolates artesanales se han convertido en los principales reclamos. Unos dulces que se hornean con la intención de ser un importante pilar para conservación y el mantenimiento de los monasterios.

"Nuestro convento es muy antiguo, data de 1256, y con la repostería podemos permitirnos conservarlo y arreglarlo", explicó la madre abadesa del Monasterio de Santa Clara de Carrión de los Condes (Palencia), que ha llevado hasta la capital castellana la mejor selección de su repostería con sus típicas pastas de la abuela, amarguillos, tortas y figuras de mazapán, uno de los reclamos principales de este obrador carrionés, dada su fama.

Surtido de productos que es fruto del trabajo diario de las clarisas franciscanas, una labor que "es más intensiva para esta temporada" y que, recordó, es uno de los medios de vida de estas monjas que ya participación en la edición de "Dulce Tentación" anterior que se celebró en Ávila, concluyó sor Micaela.

Desde Toral de los Guzmanes (León) también han llegado los dulces más típicos del monasterio de Nuestra Señora de Belén, una gama de dulces compuesta por Pastas de Jérez, Huesos de Fray Escoba o Pastas de Queso, a las que hay que sumar una nueva línea de productos como mermeladas de frutas o cremas de queso con nueces y boletus, "todo artesano y sin colorantes ni conservantes", explicó la madre superiora, Sor Beatriz, quien se mostró contenta con la acogida que los castellanos y leoneses están dando a sus productos en la sede de las Cortes.

Sus más de 16 productos reposteros, que los más golosos pueden disfrutar hasta mañana, son fruto del trabajo de las seis hermanas jerónimas que viven en este convento, con más de 27 años de historia en esta localidad leonesa. "Trabajamos y nos sacrificamos todas para ayudar al convento. Somos seis hermanas, tres de nosotras vienen desde la India".

La localidad vallisoletana de Viana de Cega también tiene su dulce representación por medio de las creaciones reposteras salidas del obrador de las carlmelitas samaritanas del monasterio del Corazón de Jesús y San José, que participa por primera vez en esta iniciativa de las Cortes de Castilla y León.

"Elaboramos muchos dulces pero, también tenemos una muestra libros que vendemos o de libretas dibujadas por una de las hermanas", comentó la Hermana Margarita, quien también recordó que esperan tener un gran número de ventas durante estos días para que "podamos seguir sustentándonos" y, además, dijo que lo primordial es que los visitantes disfruten de los productos que han llevado hasta el vestíbulo de las Cortes.

Junto a ellos, otros 27 conventos de las nueve provincias de la región, están participando de esta iniciativa promovida por el Parlamento regional, a través de la Fundación Villalar-Castilla y León, para poner en valor estos productos tan típicos y que cobran especial relevancia durante estas fechas.

A objeto de destacar el gran trabajo de las órdenes religiosas y la buena calidad de sus productos que elaboran, 100 por cien artesanal, con ausencia de cualquier conservante o colorante, lo que confiere a estos productos una calidad y sabores incomparables.