El presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, afirmó ayer que "no hace falta una revolución, sino una evolución" ante una posible reforma de la Constitución desde la responsabilidad y apeló a un acuerdo previo sobre qué modificar para que sigan "cabiendo todos" y no se vuelva "al vicio" de anteriores normas en las que "unos españoles se imponían sobre otros".

Herrera se refirió a una posible reforma de la Carta Magna, cuando hoy se conmemora su 39 aniversario, durante la entrega de la Mención "I Comunero de la Paz" a Federico Mayor Zaragoza, en un acto celebrado en la histórica villa de Villalar de los Comuneros, en el que se mostró "encantado" por cumplir con el compromiso de acudir al municipio comunero fuera del 23 de abril -Día de Castilla y León- y por escuchar la "brillantísima y profunda" intervención de quien desde hoy es "embajador" de los valores que representan los comuneros.

El presidente defendió que una reforma que mejore "de verdad" el texto no se puede contemplar por "nadie como una simple moneda de cambio para tratar de contentar a los que nunca se darán por satisfechos" y sostuvo que el estado de las autonomías, pese a "muchas lecturas negativas y precipitadas ha sido también en estos años una historia de éxito". "No hace falta una revolución, sino una evolución, la diferencia entre ambas, según ha dicho alguna vez el profesor mayor Zaragoza, es una "r" de responsabilidad", argumentó.

Según el presidente de la Junta, "España no se puede permitir ser ingrato con la Constitución" y pidió conocerla más, valorarla, extenderla y darla a conocer entre niños y jóvenes, defender sin complejos los valores que en ella se recogen y aplicarla. Herrera realizó un repaso de los logros de estos años de democracia y los valores que representa la Carta Magna de libertad, paz, desarrollo y justicia.

Así, defendió que la Transición es el "triunfo de la razón, de la voluntad de concordia" y también de "renuncias" para vivir en paz, por lo que consideró que es "el mayor logro político y el mayor éxito de la sociedad" de estos casi cuarenta años. En esa línea, destacó que ha proporcionado el mayor tiempo de paz, estabilidad, concordia y desarrollo económico, donde resaltó la mejora de los servicios públicos y la descentralización política y administrativa de los territorios.

También, se refirió a la Constitución como una vía que abrió las puertas de entrada en Europa, punto en el que acudió a la frase de Ortega y Gasset cuando afirmó que el "pecado más grande siempre es la ingratitud" para concluir que "España no se puede permitir ser ingrata con la Constitución".