La Comisión Europea presentó ayer un documento que dibuja las principales orientaciones y objetivos de la Política Agraria Común (PAC) para después de 2020, que estará centrada en la simplificación de las normas y en una mayor flexibilidad y que plantea la elaboración de planes estratégicos nacionales que deberán recibir el visto bueno de Bruselas y establecer límites máximos obligatorios en los pagos directos, entre otras cuestiones. El texto recoge posibles acciones, pero incide en que las propuestas concretas no llegarán hasta después de mayo de 2018, cuando Bruselas haya presentado también su planteamiento para el marco financiero plurianual de la UE a partir de 2021.