El ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, aseguró ayer que "hay un interés general en mantener las centrales" de Lada, en Asturias, y Velilla, en Palencia, abiertas al tratarse de unas centrales que, aunque pequeñas (alrededor de 300 megavatios), son plantas que "entran de forma habitual en el mercado energético".

Álvaro Nadal justificó esta afirmación en que si no hubieran estado operativas en los últimos 3 años, el precio de la luz hubiera repercutido en dos euros y medio al año en la factura de las familias españolas (38 céntimos de euro más por megavatio/hora). Explicó el cálculo gracias al algoritmo que "Euphemia", que mide el precio de la luz de 24 de los 28 países europeos, hizo de estas dos unidades de producción de energía.

El ministro reiteró que si no estuvieran estas centrales abiertas "tendríamos peores precios de mercado, costes mayores para el consumidor y costes mayores para la industria, aparte de los efectos sobre la economía local debido al efecto arrastre".

"Hay un interés general claro en que estas centrales se mantengan porque ayudan a contener los precios", reiteró Nadal tras el encuentro que mantuvo durante más de dos horas y media con los presidentes de Asturias, Javier Fernández, y de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, junto al presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, para tratar la demanda de la eléctrica de cerrar las centrales de carbón de Lada y Velilla.

El presidente de Iberdrola se comprometió a dilatar el cierre de las centrales hasta el año 2020, aunque el ministro calificó la actitud del directivo de "falta de flexibilidad", ya que se le propuso la venta de las plantas a otros operadores, "puesto que siguen siendo de utilidad para el control de precios del sistema eléctrico español y, además, son rentables". Ante la falta de acuerdo en este encuentro, el ministro anunció que seguirá adelante con el Real Decreto que se prepara desde el Ejecutivo de Mariano Rajoy precisamente para que, cuando un operador quiere cerrar una central rentable y de marcada utilidad para el sistema eléctrico, se le pida a la compañía que la venda y si no quiere, se subaste al precio de la central cerrada, punto en el que también ha habido posiciones encontradas con la empresa. El presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, molesto, subrayó la "posición de prepotencia" de la compañía que, lamentó, viene reiterando "como agua que cae sobre lluvia previa" en la comunidad. En esta línea reiteró que "la política energética corresponde a los poderes públicos" y criticó los argumentos de la compañía eléctrica sobre su compromiso con el cambio climático porque "aquí nadie tiene el monopolio de lo verde".