La deuda de Castilla y León ha pasado de ser el 3,4 por ciento de su Producto Interior Bruto (PIB) en el 2006 a suponer el 20,4 en 2016, aunque es el octavo menor dato del conjunto autonómico, que encabeza la Comunidad Valenciana, con un 42,5% y cierra Madrid, con un 14,4 por ciento.

Son la Comunidad Valenciana y también Castilla-La Mancha, Cataluña y Baleares las que más han disparado su deuda en la última década y en los cuatro casos su peso ya supera el 30 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) autonómico, según un informe de expertos en financiación autonómica. La Red de Investigadores en Financiación Autonómica y Descentralización Financiera en España (Rifde), gestionada por Governance and Economics Research Network de la Universidad de Vigo, ha difundido esta semana un informe en el que analiza la estabilidad presupuestaria de las comunidades y en el que propone alternativas para la sostenibilidad financiera de las mismas.

Entre las medidas que se aconsejan está fijar objetivos de déficit diferenciados para cada comunidad, reestructurar la deuda autonómica -aunque sin quitas- y crear nuevos fondos de reserva.