Castilla y León es la comunidad más afectada por sequía y heladas, con el 62 por ciento de la superficie siniestrada en el total nacional. Así se conoció ayer en la Comisión General de la Entidad Estatal de Seguros Agrarios (Enesa), que presidió el subsecretario del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Jaime Haddad, y que extiende la afección a Castilla-La Mancha, con un 22 por ciento, Aragón, Andalucía, Cataluña y Extremadura, aunque en menor medida.

De este modo, las indemnizaciones a los agricultores por las heladas, sequías y pedrisco sufrido este año ascenderán a 470 millones de euros, según estimaciones del Ministerio, cifra que saldará el Sistema de Seguros Agrarios y el Consorcio de Compensación de Seguros, dado el "exceso de siniestralidad". La superficie total siniestrada de cereales de invierno y leguminosas asciende a 1,3 millones de hectáreas, de las cuales más de 1,2 han sufrido daños por helada y sequía. Esto supone que casi el 60 por ciento de la superficie asegurada ha sufrido daños por estos riesgos.

La indemnización prevista para cereales y leguminosas asciende a más de 201 millones de euros, mientras que se prevé que el pago comience en la segunda quincena de julio para continuar durante el mes de agosto, de tal modo que los asegurados lo percibirán en el momento en el que hubieran vendido su cosecha. Además, la indemnización para el sector de la uva de vino por los daños causados por las heladas de finales de abril asciende a 70 millones de euros. El seguro de compensación por pérdida de pastos arroja una estimación de 35 millones hasta el mes de junio, aunque todavía está en periodo de garantías.

En este sentido y para paliar este problema, la Confederación Hidrográfica del Duero ha puesto en marcha la Comisión Permanente de seguimiento de la sequía. Este órgano tendrá capacidad de adoptar medidas excepcionales para garantizar una mejor gestión de los recursos disponibles mientras persista la situación de déficit hídrico. También se han conocido los indicadores de sequía de principios de julio, que reflejan algunas alteraciones por sistemas respecto al mes anterior. Así, el Órbigo y el Cega-Eresma-Adaja se suman a los que se hallan en estado de emergencia por las bajas reservas existentes: Esla-Valderaduey, Carrión, Pisuerga y Arlanza.