El tiempo se convierte, en muchos casos, en uno de los mayores enemigos de los edificios históricos. Un factor que mella la conservación de los templos y que avejenta su apariencia y su esplendor. Grietas, desgastes o humedades son los males más comunes de los viejos tesoros de Castilla y León. Una de ellas es la iglesia de San Martín de Quintanilla de la Berzosa, un pueblo abandonado, próximo a Aguilar de Campoo (Palencia) que fue una de las localidades que quedaron despobladas con la construcción del embalse en la localidad.

El templo, Bien de Interés Cultural desde 1993, presenta en la actualidad un deterioro generalizado debido a la falta de intervenciones en el edificio sacro y tiene graves daños por vandalismo y el robo de piezas de su estructura. De hecho, una de las últimas fue la ejecutada por la Fundación Santa María la Real. "Intervinimos en la consolidación de la cubierta, arreglamos la puerta pero, ahora está desvencijada totalmente y la iglesia está dejada de la mano de Dios", comenta el historiador de la institución del patrimonio, Jaime Nuño.

San Martín es uno de los templos más llamativos de la comarca aguilarense próxima al embalse, no sólo por su estructura, sino porque se sitúa en un enclave "privilegiado", sobre un altozano que "domina todo el embalse de Aguilar y que, además, esta junto a una necrópolis. Excavada sobre una roca natural saliente", explica Nuño. De hecho, del antiguo pueblo, tan sólo la ermita románica y la necrópolis rupestre medieval se salvaron de la anegación tras la construcción del pantano.

Según el historiador de la FSMR la iglesia requeriría de una nueva intervención sobre la cubierta del edificio, con un retejo pero "el problema seguiría siendo el mismo, luego no pasaría nada". Así, apunta que lo ideal tras realizar la intervención sería plantear que "todo eso se ha hecho por algo" porque "luego no se pueden visitar y las puertas están cerradas". En este sentido, resalta que las labores de conservación resultan necesarias para este tipo de templos pero "tiene que haber una rentabilidad".

De este modo, explica que no basta con tener el patrimonio ahí, sino que hay que contarlo y darlo a conocer entre la gente. "Tiene que llegar porque, no vale con que echemos el cerrojo. El patrimonio se salva cuando se genera un interés general" y, por ello, insiste, en que la actuación ideal tras la restauración sería hacer accesible este tempo que data del siglo XII.

De hecho, su estado ha llevado a que los socialistas hayan exigido en las Cortes que se inste a la Junta de Castilla y León a realizar actuaciones de restauración sobre este edificio cuyos contrafuertes, por ejemplo, presentan grietas de un gran tamaño.

Potencial artístico

La iglesia de San Martín de Quintanilla de la Berzosa preside, desde un pequeño cerro, uno de los enclaves más privilegiados de la costa del pantano de Aguilar, un enclave que otrora fue un lugar destinado al culto y a los rito funerarios. Prueba de ello, son los dos capiteles que aún conserva este templo de época románica y que tienen un gran valor artístico.

Al potencial de patrimonial de la iglesia del norte palentino, hay que sumar, desde hace unos meses, un hallazgo realizado por el zamorano José María Menéndez Jambrina, quien durante la realización de un curso de fotografía del patrimonio de la Fundación Santa María la Real observó que en una de las partes de la iglesia afloraban restos escultóricos que resultaron ser un friso de la adoración de los Reyes Magos, según explica Menéndez, doctor en Bellas Artes y fotógrafo.

El descubrimiento permite ver dos arcos de medio punto en los que se aloja la figura de un hombre barbado y coronado con un cofre en su mano derecha. En un segundo arco aparece la figura de un niño envuelto en paños. Por otra parte, en el otro lado del muro se observan dos hombres más, también dentro de los arcos, todo ello en buen estado de conservación y con gran detalle en la representación de las figuras, los rostros y la indumentaria. Se piensa que pueda tratarse de una Epifanía.