La Consejería de Fomento y Medio Ambiente revisará el mapa de muladares y de zonas de protección para la alimentación de especies necrófagas de interés comunitario (ZPAEN), con el fin de adaptarse a la alimentación de las propias aves carroñeras y evitar la comodidad de éstas, en función de la comida predecible que suponen estos espacios. Una negociación que el departamento abordará próximamente con el área de sanidad animal de Agricultura, dado que sin garantías absolutas no se tocará nada, con la que se estudiará también la clasificación de subproductos animales no destinados a consumo humano (Sandach).

En la actualidad se contabilizan 60 muladares en la comunidad, pero se ha recibido la solicitud para 95 nuevos, y casi el 90 por ciento del territorio regional está dentro de estas zonas -la totalidad de Ávila, Salamanca, Segovia y Soria-. El deseo, según explicaron fuentes de Medio Ambiente, es incrementar ese porcentaje en pequeñas áreas.

Esta revisión del documento -ahora que se cumplen cuatro años de la publicación de la norma que autoriza el uso de cadáveres de explotaciones ganaderas para alimentación de necrófagas- pretende "modificar los hábitos y las propias poblaciones" de aves rapaces. Y de esta forma, el objetivo es "evitar una sobrealimentación" que podría conllevar un "acomodo y un incremento de la población que tampoco es positivo". "Debe ser un decreto vivo y buscar un equilibrio", explican. Al amparo de la normativa, la Junta puede autorizar a las explotaciones ganaderas dos alternativas. Por un lado, dejar cadáveres en el campo, pero únicamente en los municipios incluidos en las zonas ZPAEN y en lugares específicos, alejados de puntos de interés. Se trata de la medida de mayor importancia y repercusión sobre las especies necrófagas y sobre los ganaderos de explotaciones no intensivas de ovino, caprino, equino, porcino y bovino y que cumplen una serie de requisitos sanitarios. La segunda opción es el uso de muladares, tanto en las explotaciones intensivas como en las que no. En espacios de la Administración que están alejados de zonas habitadas estables, así como carreteras, tendidos eléctricos, aerogeneradores, otros comederos, bebederos o puntos de alimentación suplementaria del ganado.