Los castellano-leoneses han otorgado una nota de 6,91 puntos, casi un notable, al funcionamiento de su sistema de salud a lo largo del pasado año, lo que supone algo más de dos décimas con relación a 2015, cuando la calificación fue del 6,7.

La nota se situó por encima de la media del país, que se situó en el 6,55, según recoge el Barómetro Sanitario de 2016, realizado por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad en colaboración con el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) año tras año.

La comunidad recuperó una posición respecto a la anterior oleada de este estudio y logró la sexta mejor nota en el conjunto de España, con 6,91, la misma calificación de Murcia. Encabeza las calificaciones la Comunidad Foral de Navarra (7,29), Aragón (7,25) y La Rioja (7,23). Le siguen de cerca Cantabria (7,05) y Asturias (6,97). La ciudad autónoma de Melilla (5,56), Canarias (5,99) y Ceuta (6,28). La nota media nacional aumentó siete décimas, pasando del 6,38 al 6,55.

El consejero de Sanidad, Antonio María Sáez Aguado, sostuvo al respecto que la sanidad pública de Castilla y León goza de una "buena posición", pero advirtió de que una crítica "excesiva" puede deslegitimar el sistema por lo que pidió a algunos sectores que dejen de ser "catastrofistas" y contribuyan a resolver los problemas.

La mitad de los castellano-leoneses encuestados considera que el sistema sanitario del país funciona bien, aunque entienden que son necesarios algunos cambios, si bien más de un 80 por ciento acudiría a un centro público si tuviera un problema de salud.

Además, seis de cada diez asegura que la sanidad pública está mejor gestionada si lo hace la administración, frente a un 7,2 por ciento que se decanta por las empresas privadas. Respecto a los últimos 12 meses, el 37,6 por ciento de los castellanos y leoneses considera que el problema de las listas de espera "sigue igual", mientras un 36,4 por ciento sostiene que ha empeorado. Solo un 8,9 por ciento de los encuestados defiende que ha mejorado.