El consejero de Educación, Fernando Rey, reiteró ayer su "preocupación" porque no se haya concretado la prueba final de Bachillerato y defendió que lo ideal este curso sería mantener la actual Prueba de Acceso Universitario (PAU) pero adaptada a la realidad de la Lomce.

Durante su visita las obras de ampliación del Centro de Educación Infantil y Primaria en Villalobón (Palencia), el consejero ha insistido en su inquietud porque los alumnos que cursan segundo de Bachillerato todavía no saben con exactitud cómo van a ser evaluados para entrar en la Universidad. Sostuvo, no obstante, que el Ministerio de Educación está sentando las bases para "alcanzar una solución razonable", ya que el ministro dijo en varias ocasiones que la idea es mantener una prueba lo más parecida a la PAU.

Eso sería "muy sensato", aseguró Rey, que explicó que además lo comparten el resto de comunidades Autónomas al considerar que "es la mejor fórmula".

También ha valorado que se está trabajando con la conferencia de rectores para saber lo que opinan.

El titular de Educación recordó que la Consejería que dirige ha defendido "la tesis del ministro de Educación", es decir, que la prueba sea lo más parecida posible a la PAU, tal y como se le trasladó en la reunión de la semana pasada. Incluso apuntando la posibilidad de prorrogar la prueba en este curso con las adaptaciones necesarias al contenido curricular de 2º de Bachillerato de este año, ya que los alumnos tienen más materias y más contenido; es decir adaptando la vieja PAU a la nueva realidad del Bachillerato Lomce.

En cualquier caso insistió en que "el tiempo cuenta" y que hubiera sido deseable que la prueba hubiera estado disponible antes de empezar el curso y no una vez comenzado, porque los estudiantes de 2º de Bachillerato, sus familias y los profesores "están muy inquietos al no saber cómo va a ser esa prueba".

Por otro lado, el consejero anunció que remitirá a los centros escolares un documento "orientativo" que sirva de guía a la hora de mandar deberes a los alumnos. Rey ha explicado que se trata del mismo documento que les ha entregado el Consejo Escolar, aunque tendrán que "analizarlo para llevar a cabo un documento más operativo" con el objetivo de que se convierta en una guía de orientación y con unas directrices para ayudar a los profesores en el campo de los deberes.

El documento no será una normativa obligatoria, ya que según el consejero existe total confianza en los profesores, al tiempo que recordó que "los deberes son un instrumento para reforzar el aprendizaje del escolar, nunca una carga".