La peor cara de la crisis económica en el mercado laboral la ponen los despidos. Castilla y León acumuló un total de 372.832 entre 2008 y 2015. Los datos facilitados por el Servicio Público de Empleo (Sepe) a la Agencia Ical recogen que 2011 fue el año con más despidos desde el inicio de la recesión, con un 18,1% del total, pero también que el 18,8% del total de las rescisiones correspondió a la extinción por expediente de regulación de empleo (ERE).

La media anual de los despidos durante la crisis en la comunidad se sitúa en 46.604 frente a los 840.013 a nivel nacional que acumuló entre los años 2008 y 2015 un total de 6,7 millones. El comportamiento del mercado laboral en Castilla y León difiere del experimentado en España puesto que el mayor número de despidos en el conjunto del país tuvo lugar en los primeros años de la crisis, entre 2008 y 2010 rondando el millón cada ejercicio, mientras que los peores momentos en la región fueron en 2011 y 2012, que coincidió precisamente con la reforma laboral aprobada por el Gobierno de Mariano Rajoy.

El mayor incremento en la comunidad tuvo lugar entre los años 2010 y 2011, con una subida del 49,1% que en términos absolutos superó los 22.000 despidos. Unos datos que coinciden con otros indicadores que demuestran que los efectos de la crisis llegaron más tarde en la Castilla y León.

La recesión comenzó en 2008 en la Comunidad con 33.957 despidos que generaron prestaciones por desempleo aunque al año siguiente aumentó un 31,3% hasta los 44.600. Una cifra que subió ligeramente en 2010 y se disparó un 49,6 % en 2011 hasta los 67.808 despidos. Desde entonces no ha parado de descender el ajuste de las plantillas con bajadas interanuales por encima del diez por ciento.

En todo caso, las empresas continuaron recurriendo a la reducción de personal favorecido por la coyuntura de un despido más barato hasta sumar 59.151 en 2012, 49.359 en 2013, 39.893 en 2014 y 33.862 en 2015.

La reforma de 2012 trajo sustanciales cambios en la política laboral. El espíritu de la última reforma era facilitar a los empresarios a aplicar medidas como ajustes salariales, funcionales y de tiempo de trabajo, la realidad ha sido que el despido, tanto de temporales o fijos, fue la herramienta más utilizada.