Una mujer, cuya identidad responde a las iniciales B.N.P., falleció esta madrugada al sufrir una agresión por arma blanca en un domicilio situado en la calle Fernán González de Aranda de Duero (Burgos). Además, agentes de la Policía Nacional de la localidad detuvieron a su pareja, J.V.M., de 54 años, como presunto autor del homicidio. Ambos tenían dos hijos mayores de edad y no había denuncias previas entre ellos, según informó la Subdelegación del Gobierno en la provincia.

Los hechos ocurrieron esta madrugada en una vivienda del entorno ferial de Aranda de Duero, cuando la mujer recibió el ataque por parte de su pareja, que pasará a disposición judicial a lo largo del día de hoy. Según el Servicio de Emergencias 112 de Castilla y León la víctima tenía 51 años, aunque la Subdelegación del Gobierno asegura que la edad era 49 años.

Una llamada alertó sobre las 03.16 horas al 112 de lo sucedido y solicitó asistencia sanitaria para la mujer. La sala de operaciones dio aviso del incidente a la Policía Local y el Cuerpo Nacional de Policía. A su llegada al domicilio, los organismos solicitaron asistencia sanitaria para la víctima, que presentaba heridas por arma blanca. Por ello, Emergencias Sanitarias-Sacyl envió una UVI móvil al domicilio, si bien el personal sanitario no pudo hacer nada para salvarle la vida y confirmó el fallecimiento.

Con la muerte de esta mujer en la localidad burgalesa de Aranda ya son dos las víctimas de la violencia machista en Castilla y León en lo que va de año. La otra mujer de 48 años perdió la vida en abril en la ciudad de Salamanca.

El pasado año también se contabilizaron dos mujeres fallecidas por este tipo de violencia en la comunidad. De esta forma, se acumulan ya 28 casos en la autonomía desde 2007. En todo el país han fallecido un total de 25 mujeres en 2016 con este último caso.

Ante lo sucedido, el Ayuntamiento de Aranda de Duero (Burgos) ha decretado tres días de luto oficial y ha convocado una concentración a las 20.00 horas en la plaza Mayor de la capital ribereña, junto a la puerta de la casa consistorial, para condenar la muerte de la última víctima de violencia de género en España.