Un acuerdo de última hora entre las partes ha evitado que se sentara en el banquillo de los acusados de a Audiencia Provincial de Burgos D.G.I., acusado de abusar sexualmente de una amiga de su hija de 12 años en 2015.

El acusado ha aceptado una condena a dos años de cárcel, 5.000 euros de indemnización y una orden de alejamiento de la niña.

Antes de alcanzar el acuerdo, que ahora está pendiente de ser convertido en sentencia por la Audiencia Provincial de Burgos, el fiscal pedía para el acusado siete años y medio de prisión, libertad vigilada por cinco años y seis meses, y una indemnización de 4.000 euros.

Según el relato de fiscal, en junio de 2015, cuando la víctima y la hija del acusado se quedaron a dormir en su casa, el hombre entró en la habitación de las niñas, quiso jugar a las prendas haciendo preguntas de carácter sexual e íntimo y, finalmente, quito a ambas el pantalón del pijama, aunque su hija se lo recriminó y él salió de la habitación.

Sin embargo, poco después, cuando las niñas se cambiaban en el dormitorio tras haberse bañado en la piscina, el acusado les ofreció un masaje, que aceptó la amiga de su hija.

Una vez en la habitación, el hombre le quitó el bikini y la tocó en la espalda, el pecho y las nalgas, hasta que la niña gritó.

Al salir de la habitación, la niña no quiso contar lo ocurrido a su amiga, pero cuando volvió a su casa se echó a llorar y se lo contó a su madre, que denunció lo ocurrido.