Cierre de filas después del «error colectivo» en la gestión de la moción de censura en el Ayuntamiento de Ponferrada y apoyo a Óscar López como secretario de Organización y como portavoz del grupo en las Cortes. Así se cerró anoche la reunión de la comisión ejecutiva autonómica en la que se analizó la crisis abierta en el partido por la fallida moción.

La reunión se prolongó durante casi cinco horas porque casi todos los miembros del plenario de la ejecutiva solicitaron la palabra, si bien se desarrolló en un ambiente «"positivo» y no se pidió la dimisión de López, como se escuchó días atrás desde órganos locales de León y Burgos, según las fuentes consultadas.

Después del reconocimiento de que se trató de «un error colectivo», no sólo de López, aunque éste lo asumiera como propio durante la rueda de prensa que dio el pasado lunes tras la permanente de la federal, en la que pidió disculpas y rectificó, los miembros de la ejecutiva han optado por «dar por zanjado el asunto».

López, cuya dimisión ha pedido el consejero portavoz de la Junta, José Antonio de Santiago-Juárez, ha recibido el apoyo de la ejecutiva para seguir en el cargo. El dirigente socialista no realizó declaraciones y se remitió a la rueda de prensa del secretario general, Julio Villarrubia. «Ha sido una reunión muy positiva», afirmó a la salida de la misma de ésta. Ahora toca mirar al futuro y centrarse en los problemas de los ciudadanos, pero López y Villarrubia tienen que tener una mejor coordinación, que, en palabras de alguno de los asistentes a la reunión, significa que se tienen que entender.

La crisis se produjo el pasado viernes por la tarde, cuando el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, pidió al nuevo alcalde de Ponferrada, que había sido elegido por la mañana a través de una moción de censura, que renunciara al cargo porque no podía contar, como había ocurrido, con el apoyo de Ismael Álvarez, condenado por acoso sexual en el caso Nevenka. El sábado se produjo una reunión en la sede del partido en Valladolid entre el secretario general del PSCyL-PSOE, Julio Villarrubia, y el alcalde de Ponferrada, Samuel Folgueral, al que trasladó la directrices de Rubalcaba. El regidor dejó la reunión sin aclarar lo que iba a hacer. Por la tarde noche, al no haber dimitido, el secretario general del PSOE lanzó el ultimátum de que o dimitía o dejaba el partido, algo que finalmente hizo.

A partir de ahí, Óscar López asumió como suyo el error y Villarrubia manifestó que solo conocía la presentación de la moción la víspera y que antes no había sido informado. En la reunión de ayer, según los dirigentes consultados, se trataba de calmar los ánimos y bajar la tensión para recomponer la situación con la mirada en el futuro. A la salida de la extensa ejecutiva, aunque la mayoría se remitieron a las palabras del secretario general, algunos si que hablaron de que el encuentro había sido positivo.