Casi cinco años de crisis han hecho mella en la mayor parte de los indicadores económicos de Castilla y León, que se han retrotraído a cifras de mediados de la década pasada o en el caso del desempleo, se han registrado valores negativos desconocidos desde el arranque de la democracia.

Las cifras que aporta la Contabilidad Regional de Castilla y León constatan que las ramas industriales se situaron en 2011 en la Comunidad, en 10.169,1 millones de euros, lo que supone un retroceso a valores próximos a los del 2006 (10.021,7 millones). El desplome industrial se produjo en 2009, cuando retrocedió hasta los 9.359,87 millones. Sin embargo, el sector de la construcción ha sido el gran afectado por la recesión, descendiendo en el cierre de 2011 (4.808,8 millones), a cifras de 2005 (4.599,3), con una caída sostenida desde 2009.

El PIB de Castilla y León se situó en los 60.021 millones de euros en 2011, según los datos que maneja el Gobierno regional, en niveles similares a los de 2008 (59.968) a pesar de los dos años de crecimientos moderados anteriores, por el desplome que sufrió en 2009 (57.673,4).

El sostenimiento de los servicios ha sido clave para evitar una caída más pronunciada, así como la aportación de un sector primario sujeto a otro tipo de incertidumbres y problemas. La recesión este año se da por descontada, con una previsión de contracción económica de la Junta del 1,5 por ciento.

Las administraciones públicas han sufrido la merma de fondos por la crisis de manera sustancial y han tenido que recurrir al endeudamientos para poder sostener la prestación de servicios.

La consecuencia más escalofriante de la crisis se ha producido en el mercado laboral, con cifras desconocidas de desempleo en la historia democrática. En datos EPA (Encuesta de Población Activa), el segundo trimestre de 2012 dejó en la Comunidad 234.000 desempleados, cifra a la que únicamente se aproxima desde 1976, la del segundo trimestre de 1994, cuando se contabilizaron 221.000 parados.