La deuda de Castilla y León por suministro de medicamentos a hospitales del Sistema Nacional de Salud en 2011 alcanzó los 573,4 millones de euros, lo que supone un incremento del 23,8 por ciento respecto al dato de 2010, cuando la cifra fue de 463,1 millones, según datos de la monitorización trimestral que lleva a cabo Farmaindustria entre sus asociados. El incremento nacional fue del 36 por ciento, con 6.369,3 millones de euros.

Este importante incremento de la deuda contrasta con el estancamiento de las ventas a hospitales (1,1 por ciento) en 2011, de lo que se deduce que el aumento de la demora se debe a la «dramática caída de los pagos por parte de las comunidades autónomas y no a nuevas compras», según informaron desde Farmaindustria a través de un comunicado.

Por comunidades autónomas, Castilla y León ocupó el cuatro lugar entre las regiones con mayor nivel de deuda, solo superada por Andalucía, con 1.523,7 millones de euros; Comunidad Valenciana, 1.292,5 millones, y Madrid, con 762,3 millones. En el otro extremo se sitúa Navarra, con 14,4 millones; País Vasco, con 37 millones; La Rioja, con 46,6, y Extremadura, con 54,3 Además, solo Navarra y País Vasco consiguieron reducir la deuda respecto al año anterior, con bajadas del 51,4 y el 28,9 por ciento, respectivamente.

Por otra parte, cabe destacar que el período medio de pago de Castilla y León fue de 816 días, lo que supone un aumento del 22,5 por ciento respecto a 2010, un año en el que la demora fue de 666 días. Además, la región supera ampliamente la media nacional que a 31 de diciembre de 2011 era de 525 días, el 34,6 por ciento más que hace un año. Con estos datos, la Comunidad es la tercera que registra una mayor tardanza en el pago por detrás de Valencia, con 884 días y Baleares, con 848. Por el contrario, País Vasco y Navarra son las que anotaron unos menores períodos de pago, con 70 y 73 días, respectivamente, y fueron las dos únicas comunidades que redujeron su periodo medio de pago, un 23,9 y un 50,6. Desde Farmaindustria sostienen que las consecuencias de esta situación son «verdaderamente dramáticas» porque las compañías no tienen capacidad de seguir funcionando sin circulante.