El Instituto de Oftalmobiología Aplicada (IOBA) de la Universidad de Valladolid, el Instituto de Ciencias del Corazón (ICICOR), perteneciente al Hospital Clínico Universitario de Valladolid, y la red de atención primaria de Segovia y Ávila participarán en un ensayo clínico internacional para prevenir de forma precoz las complicaciones de la diabetes en personas con hiperglucemia.

Se trata de una dolencia que afecta al ocho por ciento de la población de Castilla y León, es decir, a unas 190.000 personas, de la que mañana se celebra su día mundial, con el objetivo de concienciar a la población sobre los problemas que origina, su vertiginoso aumento y sobre las fórmulas para evitarla. Fórmulas necesarias, teniendo en cuenta que figura entre una de las primeras causas de muerte. Es más, en los primeros diez años tras el diagnóstico, los pacientes de la Comunidad con diabetes tipo 2 presentan un riesgo de mortalidad un 27 por ciento superior a la población general, más elevada en los hombres (35 por ciento) que en las mujeres (10 por ciento), según el último estudio al respecto de la Red Centinela Sanitaria de Castilla y León.

El proyecto, denominado ePREDICE (Early Prevention of Diabetes Complications in Europe), cuenta con una financiación de 5,9 millones de euros y comenzará a desarrollarse el próximo mes de enero en 33 centros de 18 países de Europa y Sudáfrica, así como de Australia. Ha sido seleccionado por la Comisión Europea entre más de 200 propuestas que se presentaron a la convocatoria del VII Programa Marco de Investigación sobre prevención de complicaciones en prediabetes y diabetes tipo 2, y contará con una muestra de 4.000 pacientes, aproximadamente, a lo largo de sus cinco años de duración.

“Se trata de un proyecto tremendamente interesante. A parte de otros objetivos secundarios, es un estudio internacional que evaluará varios regímenes terapéuticos, como uno en ausencia de tratamiento farmacológico, centrado en estilos de vida. Los resultados nos servirán para marcar estrategias de estilos saludables y de prevención temprana. Todo lo que se avance en el conocimiento de la historia natural de la enfermedad, desde los factores desencadenantes, hasta su evolución, convalecencia, etc. es poco, teniendo en cuenta su incidencia”, explicó a Ical el director general de Planificación e Innovación, Javier Castrodeza.

Reparto de tareas

En concreto, el estudio lo coordinará el Grupo de Epidemiología Clínica y Prevención de las Enfermedades Cardiometabólicas del Instituto de Investigación del Hospital Universitario de la Paz, en colaboración con la Red Temática de Investigación Cooperación en Enfermedades Enfermedades Cardiovasculares (RECAVA).

En cuanto a los centros de Castilla y León, el IOBA coordinará un paquete de trabajo sobre la evaluación de endpoints microvasculares retinianos y el ICICOR, junto a la Universidad de Pisa, otro sobre la evolución de la función endotelial microvascular y ultrasonido carotídeo. Mientras, la red asistencial de centros de atención primaria de Segovia y Ávila, coordinados desde Sacyl, se encargarán de reclutar pacientes. En estos momentos, ya se encuentran haciendo seguimientos, a través del estudio De_Plan (Diabetes in Europe: Prevención using life, physical activity and nutricional intervention).

“No es un proyecto de investigación más. Incluye grupos de trabajo consolidados, universidades, departamentos e institutos de investigación, recluta pacientes y, además, en el ámbito de internacional”, añadió Castrodeza, para quien “es un modelo a seguir en el campo de la investigación. Es un ejemplo de cómo se deben aglutinar recursos y aunar sinergias”. “A ello se une que se centra en un problema real, de cuyos resultados pueden derivar, al menos, dos conocimientos: el efecto terapéutico de las medicinas y el de los estilos de vida. Arrojará cuánto de eficiente y eficaces son las estrategias que gestionamos para atender al paciente crónico. Quién sabe, los resultados podrían indicarnos la calidad de los protocolos y si es necesario cambiarlos, por ejemplo”.

Estrategia

El estudio se centrará en pacientes con entre 45 y 70 años que padecen prediabetes o diabetes tipo 2 recién diagnosticada. Sus impulsores persiguen evaluar los efectos a largo plazo de diferentes regímenes terapéuticos, tanto farmacológicos como de cambio de estilos de vida, con el fin de avanzar en la prevención temprana.

Por un lado, evaluarán los efectos del tratamiento con nuevos fármacos y el seguimiento de estilos de vida saludables, combinado con dieta y ejercicio. Por otro, estudiarán la evolución de pacientes a los que solo se modificarán sus estilos de vida, con el objetivo de ver cómo evoluciona su afectación microvascular a los tres y a los cinco años.

El ePREDICE pretende también, entre otros objetivos clínicos, detectar complicaciones previsibles de manera más rápida; determinar el grado en el que el cumplimiento de las intervenciones afectan en el desarrollo de las primeras complicaciones de la enfermedad; evaluar el efecto de estas intervenciones sobre la preservación de la calidad de vida y de las funciones neuropsicológicas, sobre la estructura y función vascular y sobre biomarcadores de daño microvascular.