La divergencia entre el linaje neandertal y el del hombre actual, Homo sapiens, pudo producirse hace al menos un millón de años, más de 500.000 años antes de lo que se pensaba hasta ahora en virtud de los análisis basados en ADN. Así se recoge en una tesis doctoral realizada por Aida Gómez Robles investigadora del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, (CENIEH), con sede en Burgos.

Esta investigadora, becada por la Fundación Atapuerca y asociada a la Universidad de Granada, ha analizado, utilizando métodos cuantitativos, los dientes de prácticamente todas las especies de homínidos que han existido en los últimos 4 millones de años, logrando identificar rasgos neandertales en poblaciones europeas muy antiguas.

El objetivo fundamental de esta investigación ha sido reconstruir la historia evolutiva de la especie humana a partir de la información proporcionada por los dientes, que son, según los expertos en evolución humana, los restos más numerosos y mejor conservados del registro fósil.

Para ello ha analizado una amplia muestra de fósiles dentales procedentes de diversos yacimientos de África, Asia y Europa, valorando las diferencias morfológicas de cada clase dental y la capacidad de cada diente aislado para determinar la especie del individuo al que perteneció. La investigadora ha concluido que «es posible determinar correctamente la especie a la que perteneció un diente aislado con una probabilidad de éxito que varía entre el 60 por ciento y el 80 por ciento».