Valladolid.- La Junta de Castilla y León ha completado con «satisfacción» la reestructuración de los Servicios Oficiales Farmacéuticos, derogando un régimen de 1953, y adaptándolo a «las necesidades de un moderno sistema de salud pública», según explica la secretaria general de la Consejería de Sanidad, María Alvarez-Quiñones. El nuevo organigrama supone, sólo en gastos de personal, una inversión superior a los tres millones de euros anuales.

La modernización de estos servicios se ha llevado a cabo en tres fases, desarrolladas a lo largo de poco más de un año. Así, en un primer momento se aprobó un decreto (septiembre de 2004) por el que se determinaron los principios para la reestructuración, fijando el doble objetivo de aplicar a este personal las mismas normas de toda la Función Pública de la Comunidad, así como desvincular su ejercicio con la tenencia de una oficina privada de farmacia.

Un nuevo decreto (marzo de 2005) estableció posteriormente el nuevo ámbito de actuación y las funciones de estos servicios. De esta manera, desaparecían los antiguos partidos farmacéuticos y se crearon las demarcaciones de ámbito territorial, que permiten que el sistema sea «más flexible, amplio y eficaz», en palabras de Alvarez-Quiñones.

La Consejería de Sanidad ha creado 43 demarcaciones farmacéuticas repartidas por las nueve provincias frente a los 453 partidos que existían hasta el momento. Estas nuevas demarcaciones han tomado como ámbito territorial de referencia las Zonas básicas de Salud. «Es un reparto mucho más racional. Existen ya farmacéuticos en todas las demarcaciones y cuentan con mejores condiciones para llegar de forma más eficaz y rápida a los ciudadanos, sobre todo en las zonas periféricas», indica Alvarez-Quiñones.

Finalmente, una última fase desarrollada a finales de 2005 modificó, con otro decreto, la relación de puestos de trabajo del personal funcionario que prestaba este servicio a la Consejería de Sanidad.

Plantilla. Con esta nueva normativa culminaba el proceso de reestructuración y modernización. De esta forma, se ha pasado de contar con una plantilla de 474 plazas con una dedicación de dos horas semanales aproximadamente y percibiendo exclusivamente las retribuciones básicas -antes de la reforma- a 300 plazas de nueva creación a jornada completa y con un salario correspondiente a su puesto. «Se ha multiplicado por doce el tiempo de disponibilidad de los farmacéuticos con este nuevo sistema», matiza la secretaria general de la Consejería de Sanidad, lo que redundará en un mejor servicio y atención a los ciudadanos.

A estas 300 plazas hay que añadir 30 funcionarios que conservan su régimen original tradicional -«puestos transferidos desde el Estado», aclara Alvarez-Quiñones-, si bien son plazas a extinguir.

En definitiva, la nueva relación de puestos de trabajo está cubierta, en estos momentos, en más de un 85%, con 257 farmacéuticos, de los que 203 son funcionarios de carrera y 54 interinos. Como resultado de la reestructuración, 92 funcionarios solicitaron excedencia voluntaria para permanecer en su farmacia -algo incompatible en el nuevo sistema-. Estas personas podrían reingresar en el servicio activo si, finalmente, optan por abandonar el ejercicio libre en su establecimiento. Actualmente, sólo quedan 73 vacantes que «se irán cubriendo bajo criterios de necesidad».

«La Junta está haciendo un esfuerzo importante y una apuesta decidida para poner a punto un servicio moderno, que cubra las necesidades existentes y que es clave para nuestra salud pública», dice María Alvarez-Quiñones.

Funciones. En este sentido, los profesionales del sector se ocuparán de la inspección y control de los productos farmacéuticos, aunque también participarán en los programas de salud, tramitarán expedientes y se ocuparán de la inspección y control de los establecimientos que elaboren, distribuyan o dispensen productos sometidos a la Ley del Medicamento.