En América Latina, el volumen de daños catastróficos cubiertos por la actividad aseguradora es inferior al 20%. En el caso de inundaciones, los niveles de cobertura son aun menores, inferiores al 10%.

Esto significa que hay una gran brecha de protección en América Latina, que en algunos países es incluso cada vez mayor. Y esto, en palabras de Antonio Huertas, presidente de Mapfre, "es algo que debe abordarse; es crucial para los gobiernos de América Latina reconocer mejor el papel y los beneficios del seguro como una herramienta eficiente para proteger y compensar este tipo de riesgos catastróficos".

"Las coberturas de riesgo climático pueden ayudar a las personas afectadas por eventos extremos de la naturaleza a reducir su vulnerabilidad y administrar mejor sus recursos" ha explicado Huertas en su intervención. Porque "el cambio climático es real, y está teniendo un impacto creciente en la vida de las personas. La magnitud del desafío es tan grande que se necesita un enfoque combinado para afrontarlo: gobiernos nacionales y subnacionales, organizaciones internacionales, sector privado, academia y sociedad civil".

Son algunas de las reflexiones que Antonio Huertas ha trasladado durante su discurso de inauguración del Insuresilience Global Partnership Forum. En este evento anual, que se ha celebrado en Madrid con motivo de la cumbre mundial del clima COP25, Mapfre ha analizado el impacto económico del cambio climático, la perspectiva de las aseguradoras como inversores institucionales y el rol del seguro para ayudar en la reconstrucción y su función complementaria a las instituciones públicas.

Mapfre se encuentra entre las 15 empresas españolas que pertenecen al índice de sostenibilidad DJSI World 2019 y se ha comprometido públicamente a que toda su actividad en España y Portugal sea neutra en carbono en 2021. Asimismo trabaja para alcanzar la neutralidad del Grupo en todos los países (45) en el año 2030.