En Europa, los objetivos en materia de lucha contra el cambio climático son ambiciosos. En 2011 se confirmó su intención de reducir las emisiones de GEI (Gases de Efecto Invernadero) en el horizonte 2050 entre un 80% y un 95% respecto al nivel de 1990, y para alcanzar este objetivo, la Comisión Europea ha aprobado unos objetivos intermedios vinculantes para los países, que incluyen una reducción de la emisiones domésticas de GEI de al menos un 40% y llegar a una cuota del 32% de energías renovables en el horizonte de 2030.

Para lograr tales emisiones y mitigar los efectos del calentamiento global, resulta imperativo descarbonizar el sistema energético. Según el informe 'Un modelo energético sostenible para España en 2050', elaborado por Deloitte: "Es necesaria una transición energética inteligente y flexible, que garantice el cumplimiento de los objetivos económicos y ambientales internacionales, dado que las nuevas tecnologías que harán posible la completa descarbonización tienen todavía un largo camino de maduración".

Las nuevas tecnologías a las que se refiere el informe son las energías renovables. Sin duda, con una creciente implantación a costes competitivos en todo el mundo, este tipo de energías están ciertamente llamadas a desempeñar un papel indispensable a la hora de avanzar hacia un balance global cero en emisiones.

Entre las energías más necesarias para lograrlo destaca el gas natural, que puede desempeñar un papel decisivo en la transición energética para lograr un sistema bajo en emisiones de carbono a través de iniciativas como la cogeneración en industrias y en el sector residencial, como fuente de energía que sirva de respaldo de las energías renovables, así como su uso en el transporte terrestre y marítimo, según señalan varios expertos e informes sobre la materia.

Por lo que se refiere a la descarbonización de los usos energéticos no eléctricos (procesos industriales de alto calor, transporte pesado y marítimo, parte del consumo residencial en calefacción, etc.) es donde el gas renovable o las tecnologías de captura y uso/almacenamiento de carbono tienen un rol importantísimo que jugar. Dentro de los gases renovables nos encontramos dos principalmente, el biometano y el hidrógeno de origen renovable. El biometano es indistinguible del gas natural de origen convencional, si bien se produce a partir de residuos orgánicos, que en su tratamiento se evitan las emisiones de metano propias de su descomposición, teniendo un efecto neutro con el clima e incluso pudiendo llegar a actuar como sumidero dependiendo del proceso.

La transformación verde de Naturgy

Naturgy ha dado un importante giro en su mix energético en aras de la sostenibilidad y porque considera que la transición energética es una oportunidad en el marco de su Plan Estratégico a 2022. Por ello, apuesta por un futuro bajo en carbono y sostenible a través de las siguientes áreas: mayor crecimiento en renovables, electrificación, gas natural como alternativa baja en carbono para garantizar la seguridad de suministro, movilidad sostenible, gas renovable y desarrollo del capital natural.

La compañía que preside Francisco Reynés, que ha anunciado el cierre de todas sus plantas de carbón en España, ha sido el grupo que ha destinado un mayor esfuerzo presupuestario en renovables en los nueve primeros meses del año, lo que demuestra su sólido proyecto industrial de futuro y su compromiso con la sostenibilidad.

Naturgy ha reducido sus emisiones directas de gases de efecto invernadero en un 26% durante los últimos 6 años y hace una apuesta clara por las renovables, la eficiencia energética y el gas natural. En concreto, la energética va a poner este año cerca de 1.000 MW de renovables gracias a la potencia eólica y solar adjudicada en España en las últimas subastas del Gobierno y se convierte así en uno de los principales inversores en tecnologías limpias del país.

Economía circular

Naturgy también apuesta por el impulso del gas renovable. Este gas puede proceder de excedentes de electricidad renovable, que son transformados en hidrógeno, o de residuos orgánicos procedentes de ciudades, granjas, agricultura o industrias. Este vector energético tiene unas emisiones neutras de CO2, pudiendo incluso ser un sumidero. Además, mejora la gestión medioambiental de residuos orgánicos tan conflictivos como las deyecciones ganaderas, purines, etc., evitando los efectos indeseables que estos producen sobre la biodiversidad. En el proceso también se genera un subproducto, que es un excelente fertilizante y se puede introducir en el mercado completando la lógica de la economía circular.

El gas natural, como alternativa al carbón y los derivados del petróleo

Para Naturgy el gas natural es un componente clave que permite la rápida transformación del sistema energético al ritmo que está marcando la agenda energética y climática. Es una fuente de energía eficiente, limpia y flexible, que puede utilizarse en todos los sectores y que ofrece soluciones esenciales allí donde la electrificación no es factible. Hecho relevante para garantizar la sostenibilidad energética en el futuro ya que, como ponen de manifiesto los últimos informes de la Comisión Europea y de Euroelectric, la electrificación no será suficiente para cubrir la demanda de energía.

Movilidad sostenible

Naturgy contribuye a la mitigación del cambio climático y la mejora de la calidad del aire a través de la movilidad sostenible. De hecho, se está trabajando en el despliegue de infraestructura eléctrica y gasista, contando la compañía con la mayor red de gasineras del país, con casi 40 puntos de carga.

El gas en movilidad es la única solución a corto y medio plazo para sustituir a otros combustibles más contaminantes sin sacrificar la autonomía ni la economía de los vehículos, siendo la tecnología mejor posicionada ambientalmente para las largas distancias y para el marítimo. En concreto, el uso del gas natural licuado como combustible marítimo permite eliminar en más de un 80% las emisiones de óxidos de nitrógeno, en un 70% las de partículas y en un 100% las de dióxido de azufre. Un buen ejemplo es el hecho de que en 2017, la compañía puso en marcha el primer motor de gas natural para ferries de pasajeros en España junto a Balearia.