Tenemos estos días una oportunidad histórica, una más, para poner en valor la lucha contra el cambio climático en la que la sociedad, las administraciones públicas y las empresas privadas trabajamos desde hace tiempo. Una cruzada en la que debemos participar activamente, conscientes de los desafíos que para nuestra cotidianidad tiene la descarbonización del planeta y todas sus derivadas en la calidad de vida y progreso.

El filósofo y sociólogo francés Gilles Lipovetsky explicaba en El crepúsculo del deber que "la pieza clave del logro económico ya no se llama explotación de la fuerza de trabajo, disciplina y división mecánica de las tareas, sino sistema de participación, programas de formación, incremento de las responsabilidades y asunción del destino colectivo". Una cita plenamente aplicable al momento social, económico y empresarial en el que nos encontramos. Las compañías somos muy conscientes de ese destino colectivo, del que, no lo olvidemos, somos corresponsables. Sin duda, es en este rumbo en el que debemos comprometernos para contribuir al cambio.

Los esfuerzos de nuestra empresa, de Naturgy, para luchar contra el cambio climático forman parte de nuestras líneas de acción para los próximos años y que plasmamos en el Plan Estratégico. Así, la compañía fue de las primeras en anunciar el cierre de sus centrales de carbón en España y hasta septiembre se ha convertido en la empresa energética que más ha invertido en el desarrollo de proyectos renovables. Para Naturgy, mitigar los efectos del cambio climático es una obligación y una oportunidad para crear valor a largo plazo.

La generación de valor que cualquier empresa tiene entre sus máximas obligaciones no tiene futuro si no trabajamos para ello, empezando por la responsabilidad en nuestros proyectos y con el entorno, pensando siempre en la sostenibilidad, económica y medioambiental.

La apuesta es clara. Contribuir con nuestras acciones, en España y en el resto del mundo, a un futuro bajo en carbono y sostenible, basado en las renovables, la electrificación y el gas, como energía para garantizar el suministro, mejorar la calidad del aire y ofrecer flexibilidad al sistema. Todo ello con el objetivo de crear valor para nuestros clientes y su entorno, que es nuestro entorno.

"No podemos permitirnos el lujo de la indecisión, las medidas a medias o los enfoques graduales. Nuestra meta debe ser la transformación". El ex secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, se atrevió a definir así el papel clave de las compañías en la lucha contra el cambio climático: objetivos concretos para cambios reales.

En Naturgy hemos reducido las emisiones directas de gases de efecto invernadero en un 26% en los últimos seis años, en 2018 contribuimos a evitar a nivel internacional la emisión de más de 117 millones de toneladas de CO2 - el equivalente a las emisiones de toda Bélgica - y en 2019 estamos poniendo en marcha cerca de 1.000 MW de renovables en España, además de cifras similares a nivel internacional.

La nueva política ambiental de Naturgy se asienta en tres ejes ambientales que trabajamos cada día en toda la compañía como un ejercicio de responsabilidad 360º: cambio climático, economía circular y capital natural. Y lo hacemos pensando en los accionistas y clientes, sí. Pero también en nuestros hijos y en el planeta que vamos a dejarles.