España exporta todos los años decenas de miles de toneladas de residuos plásticos a los países asiáticos. Pese a que teóricamente el objetivo es que sean reciclados, en realidad terminan contaminando el medio natural de esa parte del mundo. Sin embargo, las cosas empiezan a cambiar, porque el principal receptor, China, se ha cansado de esta invasión de basura, igual que otros países del entorno.