De perder su trabajo como peluquera por la pandemia del coronavirus a ganar más de un millón de euros en un año. Es la historia de Kylie Biss, una mujer de 32 años de Leeds y afincada en Alicante que utiliza el pseudónimo de Gracey Kay en la plataforma para adultos OnlyFans, donde vende fotografías eróticas y gana hasta 40.000 euros semanales.

Tal y como explica Bliss en una entrevista para The Sun, su trabajo en la peluquería no era constante y ganaba entre 581 y 2.324 euros al mes. Tras ser despedida, decidió crearse una cuenta en la plataforma de adultos OnlyFans donde comenzó a vender fotografías eróticas. Sus imágenes en topless las vendía por un precio 2,32 euros, aunque la cuantía ascendía cuando comenzó a realizar vídeos personalizadas y a lo que se refiere como "sesiones interactivas".

Con el confinamiento el número de suscriptores fue creciendo y en la actualidad tiene más de 100.000 seguidores en el polémico sistema de mecenazgo. "Es natural estar desnudo. ¿Por qué debería avergonzarme si alguien quiere pagar por mirar mi cuerpo? Es empoderador, me ha dado confianza y me ha hecho feliz", señala la joven para el tabloide británico The Sun.

Kylie Bis explica que la clave de su éxito radica en trabajar siete días a la semana y 15 horas al día. Las cifras de ganancias, según afirma, son astronómicas: "Ahora gano un millón de libras al al año vendiendo instantáneas obscenas en OnlyFans". Y es que señala que puede ganar hasta 35.000 libras a la semana en la web de contenido bajo suscripción, lo que se traduce en más de 40.000 euros.

Los ingresos le han permitido mudarse a una villa valorada en unos 350.000 euros en la provincia de Alicante. Asimismo, en sus redes sociales presume de un vehículo Ford Mustang GT valorado en 52.000 euros.

OnlyFans

La plataforma fundada en 2016 ha crecido un 75% en los últimos meses en España y ya cuenta con casi 30 millones de usuarios, de los cuales un 1% son "creadores de contenido". Desnudos, masturbaciones y sexo online son algunos de los contenidos sin censura que se ofrecen en la web mediante un muro de pago.

La facilidad de producir material sexual legal y verlo como una una forma fácil de ganar dinero ha generado una gran cantidad de críticas. Y es que muchos opinan que se normaliza la "venta de cuerpos" y se visualiza el sexo como un entretenimiento pagado.