La bombonera de la calle San Vicente, alcanzado el mes pequeño, viste sus mejores galas para acoger uno de las programaciones flamencas más importantes de cuantos teatros públicos operan en España. Y así, durante veintidós años, mérito de Daniel Pérez, pero también del excepcional equipo con que cuenta el familiar coliseo de Zamora.

Este año no tiene desperdicio alguno para los cuatro jueves del mes, siempre a las veintiuna horas. Dos monumentales Lámpara Mineras, de las que no se apagan y brillan con luz propia –ambas de fuera de Andalucía o Murcia, lo cual tiene más mérito sí cabe-, y un cierre de Desplante para el último día. Grandes premios, todos ellos obtenidos en El Festival Internacional del Cante de Las Minas, en La Unión, el concurso más importante de cuantos se celebran en el mundo. Y entre medias, una buena representación de los aires jerezanos.

El primer jueves toca la primera de las Lámparas. Miguel Ángel de Tena Martínez, Miguel de Tena para el arte, nace hace cuarenta y dos años en Ruecas, población próxima a Don Benito, provincia de Badajoz, en el seno de una familia de buenos aficionados al universal arte. Allí se inicia y se inunda con las gloriosas melodías de Marchena, Niño de La Huerta o Valderrama, apuntando maneras precoces al iniciar la segunda infancia en escenarios locales. Posteriormente, y con motivo de su servicio militar en Melilla –ciudad de importancia flamenca, como lo corrobora la organización del séptimo Congreso Nacional de Flamenco, seguido del sexto, celebrado en Zamora- abre y amplía considerablemente los conocimientos sobre lo jondo con otros muchos artistas, especialmente para la profundización y conocimiento con Mairena y Fosforito y, con Manuel Vallejo, por las semejanzas en las facultades y eco de voz. De hecho, Miguel está considerado el mejor intérprete posible de los difíciles y arriesgados fandangos del sevillano, como seguro que hoy volverá a poner de manifiesto sobre las tablas.

Depositario de varias decenas de grandes premios en diferentes concursos, cabe reseñarse El Melón de Oro de Lo Ferro en 1999 y, sobre todos los demás, la Lámpara Minera del 2006 en La Unión. Así mismo ha publicado diversas grabaciones de alta importancia referencial en el mundo del flamenco.

Su voz natural, ligeramente laina, portentosa y dominadora para todos los registros, lo convierten en cantaor sobresaliente y enciclopédico en todos los cantes, lo que no quita que destaque aún más en los derivados del fandango, además de estos, malagueñas, granainas, y la gran familia minero levantina: tarantas, mineras, cartageneras, tarantos, murcianas, levanticas y fandangos mineros. Así mismo es un destacado intérprete por los aires de su tierra: jaleos y tangos extremeños.

Estará acompañado por una excepcional guitarra, Antonio de Patrocinio, y que al igual que a Miguel, se le echaba de menos por estos lares, ya que si la memoria no me falla, su última presencia fue para acompañar a Rocío Segura, y que a la postre sería en el último Festival Flamenco de La Tierra del Vino, en el 2014, suponiendo el final de una brillantísima etapa de diez años, hasta el desembarco de la banda del desgobierno en Morales.

En definitiva, buen comienzo de Ciclo, que como digo, se presenta lleno de alicientes a lo largo de todo el mes de febrero.