Vuelve el gran Ricardo Fernández del Moral a la que indudablemente es su segunda casa. Con la visita de hoy sumará nueve presencias en nuestra capital y provincia, desde que se coronara triunfador hegemónico en La Unión del 2012. Sus últimas, datan del pasado Festival Flamenco de Zamora y su correspondiente ilustración de la Misa Flamenca, en las que por cierto, nos regaló dos grandiosas actuaciones. Por eso es un honor, un motivo de satisfacción, y también de orgullo, volver a tenerlo entre nosotros.

Ya lo he dicho, pero lo vuelvo a repetir. En ese año de 2012, cuando se alzó con el máximo galardón, La Lámpara Minera, visitó nuestra ciudad acompañado del valioso trofeo, convirtiéndose esta visita en su primera gran actuación pública después de los laureles. El trofeo de plata y alpaca, fue expuesto en el Salón de Plenos del Ayuntamiento y posteriormente en el Salón de Actos de Colegio Universitario. Además de dicha Lámpara, Ricardo obtuvo otros cinco grandes premios, lo que lo convierte en el ganador más laureado en un solo certamen del histórico Festival Internacional del Cante de las Minas.

Pero el de Daimiel, atesora más virtudes. Es un enorme cantaor, de voz natural, potente y sobradas facultades para encarar todos los palos. Dominador de los mismos como artista cabal que es. A esto, que no es poco, le añade sus portentosas habilidades con la sonanta, destacando claramente, tanto como cantaor como tocaor, y encontrándose en las dos facetas, en lo más alto del escalafón. Pero lo que lo hace completamente único en la historia del flamenco, es unir ambas cualidades a la vez en el escenario, además de ejecutarlas de forma portentosa.

El espectáculo que presentará esta noche, a las veintiuna horas, sobre las tablas del coliseo zamorano, se titula “+ Que Flamenco” aunando cante, toque y baile para hacer un ilustrativo recorrido por la historia del universal arte. Así, se iniciarán cantes por temporeras y tonás hasta llegar a otros estilos posteriores marcados por el mestizaje con otras músicas, como por ejemplo los cantes de Ida y Vuelta. Entre medias, soleares, malagueñas, tangos o bulerías.

Para todo esto, Ricardo no estará solo, lo hará acompañado de otras dos contrastadas artistas como son Ofelia Márquez y Rosa Guerrero. La primera “Gaditana de corazón y roteña de nacimiento” es una joven y extraordinaria bailaora, pletórica de facultades y dominio técnico, al igual que la segunda, también bailaora. Una y otra serán las responsables de la danza, los jaleos y las palmas.

Velada, por lo tanto, que promete y que sobre el papel es lo más atractivo de un Ciclo completo y altamente interesante.