Papel vendido desde hace varios días y demanda dolorosa a la puerta del Universitario. Sin duda un desagradable sofocón para los organizadores y patrocinadores de La Peña por no poder contar con el espacio necesario y adecuado que demanda la concurrencia. Pero es lo que hay, y lo que hay encima no es bueno. Hay otros espacios en la ciudad pero que por unas u otras razones se muestras inasequibles.

El presentador, Alberto Rodríguez Barrios, rompió el murmullo con las buenas noches de rigor y un lacerante trallazo en forma de petición del minuto de silencio por la profesora Laura Luelmo. Presentación ilustrativa sobre el origen de los villancicos populares y su aflamencamiento. (El texto completo se encuentra colgado al final de esta entrada)

Abren José Manuel Moneo y Pedro Garrido, por campanilleros con letras propias y originales pero siguiendo la estela de Manuel Torre.

Sale todo el grupo para interpretar “Se van lo quintos madre” en compás de bulerías. Remata Pedro con los agradecimientos, añadiendo: “es un honor volver a Zamora, a nuestra casa”

Abordan “Calle San Francisco” y “Viva la Nochebuena” con cadencia musical entre tangos y tanguillos.

Llega uno de los momentos álgidos. Pupurrí en compás de rumba para elevar las emociones del auditorio. Con lírica de Antonio Gallardo Molina y puesta en compás del gran Manolo Parrilla. Apoteósica interpretación y apoteósica aclamación popular.

Comienzan las interpretaciones personales. Inicia Manuel Garrido con el popular villancico compuesto por el mal logrado genio Fernando Fernández Pantoja –Terremoto Hijo- “Soy peregrino”. Siguen villancicos en compás ternario con la gran novedad y debutante en Zamora, Carmen Grilo. Lo hace con “Esa luz”, composición de Coral de los Reyes. Pedro, interpreta otra de las geniales creaciones del propio Fernando Terremoto, “Sirva tú cuna”.

Llega la traca final con el fin de fiesta. Entorno perfecto para mezclar sabiamente lírica profana con religiosa. Los gitanos saben moverse perfectamente en el filo de la navaja. Empieza Manuel con ramillete precioso por bulerías acordándose de su ancestro José Vagas Vargas, Tío Chozas. Y, evidentemente, ecos de La Plazuela.

Continúa la contundencia cantaora de Carmen Grilo. En todos los caso cantando al aire. Viene el joven patriarca Pedro, Niño de La Fragua, para seguir por la misma senda con guiños a La Perla. Precioso como todo su cante, de corta voz y mucha enjundia.

Y aquí se acaba la cosa y empieza otra historia.

En una noche para los anales, faltaba todo el rabo por desollar. Maria José Franco ha vuelto a Zamora. Palabras mayores. Lo ha hecho a lo grande en un entorno pequeño, venía con ganas. Lo demostró con creces. Enarboló al resto del grupo para ejecutar una despedida portentosa. Tanto es así que el público puesto en píe los aplaudían con la consabida fórmula de, “¡otra, otra, otra, ¡”

….Y la otra fue una enorme sorpresa en forma de “Los caminos se hicieron…” en conjunción musical y vocal hasta llevarnos al paraíso. Perfecta y completa velada cerrada por prolongada y calurosa ovación.

En enero mucho más, así es que nos vemos, pero antes:

¡Felices días!

................................................................................................................................

PRESENTACIÓN por Alberto Rodríguez Barrios

Buenas noches¡¡¡¡¡¡

¡¡¡¡¡¡¡Ya basta!!!!!!!!

Un minuto de silencio por la profesora Laura Luelmo.

Villancico viene de villa y villa hace referencia a casas de recreo en el campo, pero también a poblaciones que se distinguían de las aldeas y lugares por el disfrute de ciertos privilegios, por ejemplo la celebración de ferias, mercados y, en ocasiones administración de justicia. En términos generales, aunque no siempre, una villa es más que un pueblo pero sin llegar a la categoría de ciudad. La acepción que hace referencia a núcleos de población con privilegios, es el origen del término villancico. Es decir, canciones populares interpretadas por los habitantes de las villas.

Los villancicos son emocionalmente esperanzadores y por ello alegres, festivos y socialmente compartidos. No en vano se canta a la Buena Nueva: la venida del Dios Niño, por lo que todas las letras están íntimamente ligadas a la Navidad o Natividad.

Su origen temporal es incierto, aunque se sabe que en la segunda mitad del siglo XV estaban prácticamente extendidos por toda España –de donde parecen ser oriundos- y parte de Portugal. Incluso, su interpretación en las iglesias se empezaba a generalizar. Sin embargo, su máximo esplendor de composición, como música culta, se alcanza en el XVII y XVIII, con composiciones específicas de grandes maestros del entorno eclesiástico. De la misma manera, también, su formidable demanda y enorme popularidad hacen que sigan su desarrollo a través del folclore hasta nuestros días.

No es hasta hace un siglo, que los villancicos populares se introducen en el flamenco, siendo así un claro ejemplo más de música folclórica y popular que se aflamenca, en este caso, junto con las saetas, de contenido claramente religioso. El primero en hacerlo, o al menos en impresionarlo en disco, fue Rafael Ramos Antúnez, quién además, debe su nombre artístico, El Niño Gloria, precisamente al estribillo de dicho villancico grabado.

Desde los primeros años del pasado siglo las gitanerías de Jerez, Santiago y La Plazuela, además de Arcos y otras localidades gaditanas, se reunían, y siguen haciéndolo por estas fechas, en torno a un instrumento de origen africano denominado sambomba, en español zambomba. Esto es, un recipiente de barro al que se le ha desprovisto de la base, cerrado por la parte superior, preferiblemente con vejiga de cerdo y con un junco o caña en el centro. La frotación del mismo produce las vibraciones necesarias para generar el ritmo o compás, dicho en términos flamencos. Por asociación con este instrumento, las reuniones vecinales de los referidos barrios en torno a una hoguera y a los villancicos, se denomina genéricamente ZAMBOMBA.

Aclarar también, que lo que hoy conocemos como villancicos flamencos, o Zambomba de Jerez, son canciones del folclore payo que se meten por compás de bulerías, tangos y tanguillos y, excepcionalmente, los campanilleros – provenientes de los cantos propios de Los Rosarios de la Aurora- y grabada por Manuel Torre en 1929 con cadencias de farruca. Este es el caso del conocido como “A la puerta de un rico avariento”.

Pues bien, esta no noche, un año más, y serán trece, volveremos a vibrar con el frenético y apasionado ritmo de Jerez. Con un grupo que ya es de casa, y que cada año el público, es decir vosotros, los seguís reclamando por su bonhomía, saber estar y altas capacidades artísticas.

A los dos hermanos Garrido, Pedro y Manuel, los nietos del fragüero Tío Juane, se les unen otras dos artistas de postín, la joven y excelente cantaora Carmen Grilo y la genial deidad de las formas danzantes, María José Franco. El compás de la bajañí, correrá a cargo de otro de los zamoranos de adopción, Juan Manuel Moneo.

Finalmente, agradecer a La Peña Cultural Flamenca “Amigos del Cante” su esfuerzo en organización y patrocinio. A la Fundación Caja Rural su sempiterno apoyo y contribución, y, a Eurocris Cristalerías, Cristalerías Lantarón, Diputación Provincial, Galende Sonido Profesional, Produciones Josico, Estudio Mynt y Gráficas Artime, su colaboración y buen hacer.

Gracias y Felices días.